lunes, 2 de febrero de 2009

Anticapitalismo: comenzar de nuevo

Repasando con atención las notas aparecidas a continuación del artículo de Ester Vivas, Otra izquierda, para otro mundo, uno no puedo por menos que sentirse inundado por el desconcierto y el pesimismo. Estar es uno de los cerebro mejor organizados que tiene la izquierda combativa en este país, en su haber cuenta una serie de libros de los que tenemos mucho que aprender (y subrayaría lo de mucho; se encuentran en una editorial Icaria, con un largo pedrigee de izquierdas, que ha mantenido desde los años setenta), escribe en revistas como Viento Sur o El Viejo Topo, y está metida hasta el moño en los movimientos altermundialistas, no solo de Cataluña, y el Estado, también fuera.

Su discurso es sobrio, argumentado al detalle, conecta con la mejor tradición marxista porque además llega. No es un discurso cerrado, y desde luego valdría la pena que la gente que discrepa con él, argumentara en qué y porqué, no se suscribe. Sería estupendo. Sin embargo, la mayoría de notas aparecidas a continuación, son más propias de una discusión de taberna sobre el Betis o el Sevilla, el Barça o el Español, aunque en vez de hablar de goles se hacen referencias al marxismo, al tal o cual partido. Eso cuando no se la trata como algunos lo hicieron con el arbitraje del Madrid-Osasuna. Es penoso.

No hay una sola palabra sobre “trotskismo” o cualquier otro ismo, o sea de algo que algunos confunden con el equipo rival, o algo peor. El “trotskismo” es una escuela más dentro de la tradición marxista revolucionaria, y si existe como movimiento vivo es porque, ante todo, ha tratado de dar respuestas adecuadas a momentos muy diferentes. Ella, junto con otros jóvenes que hacen de portavoces de primera fila de IA, representa a la última generación, a la que sigue la “batalla de Seattle” y todo lo demás. Han aprendido mucho de los “antiguos” de la LCR, pero también han aportado su propia cosecha, sobre todo están haciendo su propio camino. Y van rápidos.

Nos habla con precisión de una crisis del sistema, pero no como los cabrones, los malos, sino detallando sus contradicciones, sus límites, y precisa su último curso. Un curso que se ha acelerado después de la decisión de IA de sumarse y aprovechar la plataforma de agitación y propaganda que permiten las europeas. Sobre todo sí se cuenta con una conexión internacionalista estructurada. Sin el escalón del NPA y del Bloco, esta apuesta, seguramente ni se habría planteado, estaríamos todavía más abajo.

Analiza la última crisis de económica, crítica radicalmente la política del PSOE de “socializar las pérdidas”, una política de derechas o de izquierda invertida que NO HABRÍA SIDO POSIBLE DE TENER ENFRENTE UNA OPOSICIÓN DE IZQUIERDAS DIGNA DE ESTE NOMBRE. Lo siento, pero no creo que IU haya sido dicha oposición, y no creo que lo vaya a hacer. He leído con respeto y atención el último artículo de Julio Anguita en la que argumenta que IU debe de saltar aquí, pues aquí es Rodas, muy bien. Debe, y tanto. Pero que ocurre cuando en solidaridad con Gaza hay que optar entre las manifestaciones de abajo, y los tinglados ligados al PSOE. Qué ocurre cuando hay que dar la cara frontalmente contra el sindicalismo “moderno” que negocia las derrotas para que perjudiquen lo menos posible a los trabajadores antiguos, aunque ante todo buscan las satisfacciones de sus propias burocracias. El mejor ejemplo de que Rodas no está aquí lo tenemos en Cataluña, y en Euzkadi. Los “tifosis” deberían de argumentar en vez de tratar de enardecer la afición.

Mucho me temo que a estos “tifosis” tan comunistas, tan leninistas, tan independentistas, no les importa ni mucho ni poco la argumentación, los análisis de las características de la crisis que se abre, del tipo de contradicciones del sistema, o de las pruebas del “impasse” de la izquierda tradicional aquí, y más claramente si cabe en Francia y en Italia. Este tipo de manifestaciones me recuerdan algunas de las pintadas que han adornado el pueblo en el que vivo, Sant Pere de Ribes, donde la izquierda independentista (y el PSUC), gobernaron durante al menos quince años, y aplicaron una cierto radicalismo. Desde hace al menos diez años que apenas si se mueve una hoja, sin embargo, alguien que pasee por sus calles encontraran pintadas que pueden hacerle creer que estamos a punto de crear un “soviet” local…Sus autores están en Endevant, y dan caña el 11 de septiembre, son muy dados a la mítica de los padres, pero carecen hasta ahora de una concepción militante, y no se plantean hacer un trabajo político serio. No basta con gritar algunos días.

Creo que la suma de derrotas ha provocado el desmantelamiento de la tradición militante, del hacer cada día y de debatir, de luchar y estudiar, de la relación fraternal entre diversas corrientes. Siento escalofríos cuando en medio de algunas conferencias ha salido algún joven para acusar a la CGT de ser “amarillos”, y cosas así. Por lo que se puede ver en buena parte de las notas que comentan el artículo de Ester, son, como en tantos otros casos, un buen ejemplo de gente que hace militancia desde su “peña”, y que desahoga sus frustraciones desde su “ordenata”. Desde el momento en que ni tan siquiera muestran voluntad de aprender y de respetar a alguien de la que deberían aprender, revelan que carecen de capacidad para un trabajo anticapitalista serio, su vacío moral. Alguien que “penca” en los movimientos sabe que la primera regla es respetar a los compañeros y compañeras que no piensan como tú. Lo segundo es aprender es que eso puede ser bueno, y que del debate puede salir algo mejor. Ojalá que estuviéramos en otro estadio.

Cuando Ester escribe: “El hundimiento de esta izquierda política institucional así como el endurecimiento de las políticas neoliberales a raíz de la crisis estructural del capitalismo plantea la necesidad urgente de construir un nuevo sujeto político. Un referente de izquierdas al servicio de los movimientos sociales y de las resistencias, que diga lo que haga y haga lo que diga, fiel a unos principios anticapitalistas, internacionalistas, feministas y ecologistas y con total independencia respecto al social-liberalismo”.

Detrás de estas líneas hay mucha experiencia (especialmente en Francia y Portugal, donde nunca se ha pactado con el socialiberalismo), muchos estudios, e innumerables discusiones. A todos los habría encantado que IU hubiera sido un partido de partido comprometido al menos con la reconstrucción de los movimientos, capaz de articularse con planteamientos muy diversas, incluyendo por supuesto anarquistas y nacionalistas de izquierdas, y sobre todo que hubiera dado vida a una izquierda sindical como parecía que iba a ser la corriente crítica de comisiones, abierta a otros sindicalismos…No ha sido así, ni mucho menos. Han dado la batalla por perdida, y a la primera oportunidad han entrado en las instituciones aunque fuese por la puerta de servicio. Esto no son cosas de revisionismos ni gaitas, es la trama final de una descomposición que nos lleva muy atrás.

Hablar de electoralismo a una tradición que nunca ha tenido entre sus pecados pisar moqueta, es propio de gente que ni tan siquiera sabe lo que significa la palabra “electoralismo”…

Se trata, liza y llanamente de propuesta abierta para aprovechar una oportunidad que “permiten generar un debate de fondo sobre unas políticas cada día más presentes en nuestra vida cotidiana y que generan mayor precariedad, encarecimiento del consumo, recortes sociales.... Sólo hace falta tener en cuenta las últimas directivas llegadas de Bruselas: directiva de las 65 horas, directiva de la vergüenza, directiva Bolkenstein así como el Plan Bolonia, entre otras”. Notas de fundamentación política sobre la que IA está haciendo numerosas aportaciones, y en las que está actuando significadamente.

Esto se hace actuando en toda clase de plataformas, como parte de una izquierda de la izquierda que en ningún momento se ha calificado a sí misma de “vanguardia” de nada. Se trabaja por esta propuesta en una coyuntura de dispersión y atonía estatal que solamente en los últimos tiempos se está empezando a romper. Las movilizaciones contra el genocidio de Gaza han sido la última expresión…El ambiente pues se abre, se caldea, mientras tanto, los “tifosis” tiran piedras sobre todo lo que no entienden, IA ya ha conseguido demostrar su incidencia real con una recogida de firmas de toda clase de activistas, de sindicalistas que han estado en primera línea en los últimos fregados, y de intelectuales que no se han bajado los pantalones para salir en la foto. Eso es un hecho objetivo, pero seguramente los “hinchas” no saben o no quieren saber lo que eso, les basta con los exabruptos.

Esto no es más que un nuevo comienzo. Algo que se ha hecho en otros momentos históricos, con una continuidad porque al mismo tiempo se ha dado una renovación. Servidor no escribiría con tan confianza en la apuesta sin haber tratado a una nueva generación militante que está demostrando que, en oposición a tanto bronquista sin una real de formación política, está surgiendo una nueva promoción militante con una formación que ya nos habría gustado a nosotros, los “empollones” de la generación anterior, los mismos que en los ochenta y los noventa llegamos a crear que habría que esperar décadas para que surgiera una nueva contestación de masas.

Esa contestación está en ciernes, y necesita propuestas políticas. Si alguien cree que la argumentada por Ester y por gente de IA no vale o no es suficiente, aquí tiene un medio precioso para debatir honestamente. De momento, no veo que otra propuesta suscite ni la una cuarta parte de lecturas. Pero a lo mejor es eso –justamente- lo que más molesta a la “peña” descerebrada.

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