lunes, 3 de diciembre de 2007

Comunicado SAT Puebla de Cazalla por el Día Nacional de Andalucía

4 de diciembre, Día Nacional de Andalucía

El cuatro de Diciembre es para la Historia de Andalucía un día muy señalado. Histórico lo podríamos llamar. Un cuatro de Diciembre de 1868, se inicia la "insurrección de las barricadas".
La respuesta por parte del gobierno central es una genocida represión: 3.000 muertos en Andalucía.

Como ocurre con la Constitución de Antequera, así como con la rica y milenaria historia de Andalucía, son acontecimientos totalmente desconocidos para la mayoría de la población, conocimientos que posibilitaría, a nuestro pueblo, no retroceder en la historia, si no coger el impulso necesario para situar a nuestra tierra en el lugar que le corresponde, al tiempo que se podría conocer y entender, perfectamente, las actuales y justas reivindicaciones de los nacionalista andaluces.

Hace 30 años, el 4 de Diciembre de 1977, Andalucía se puso en pié. Por su Dignidad Nacional, por el Trabajo, por el Pan, por la Libertad, por el derecho del Pueblo Andaluz a regir sus destinos por él mismo. Y como siempre, por los Pueblos y la Humanidad. Millones de Andaluces gritaban ese día por las calles “Andalucía Libre”. Era un día de autoafirmación, de victoria ante las afrentas que nos planteaban los mismos que ayer y hoy, quieren seguir teniéndonos sin poder propio.

Y de entre esos millones de andaluces, ante tamaña demostración de fuerza popular, sólo podíamos esperar una desgracia. Y esa desgracia se cebó en forma de muerte en Málaga, en el Puente Tetuán, donde un joven trabajador andaluz, José Manuel García Caparrós, moría abatido por las balas de la policía española que en ese momento, disparaban a los manifestantes a bocajarro. Este vil asesinato, del que hoy se cumplen 30 años, aún no ha sido esclarecido. Las investigaciones fueron silenciadas, los archivos prácticamente no existen a día de hoy, el asesino sigue en la calle, un asesino de nombre conocido, pero que no se quiere revelar su identidad. Muy pocos han sido los que desde entonces han seguido recordando a J.M. García Caparros y que su asesinato fuera resuelto y su asesino condenado.

El capitalismo imperialista que en estos días ordena desigualdad social y territorial, destrucción progresiva de la naturaleza, aumento de la violencia estructural e institucional...también ordena la primacía del Mercado sobre el Estado (que es un simple gestor de los poderes económicos) con la consiguiente concentración de poder económico y político en unas pocas manos.
Más mercado significa en la práctica la pérdida de soberanía de los pueblos que cada vez tendrán menos capacidad para poder enfrentarse a las imposiciones del capital financiero y el saqueo de las grandes multinacionales.

En medio de este panorama internacional y mientras el modelo de Estado que fabrican al alimón los partidos del sistema es un Estado para la desigualdad donde Andalucía no sólo se le margina sino que descaradamente se le impide su soberanía...es preciso que digamos nuestra palabra.
Y Andalucía no puede exigir otra cosa que no sea una exigencia irrenunciable a ejercer su soberanía plena que no puede llegar más que desde la construcción de un Poder Andaluz con la fuerza suficiente para decirle basta a todos los que nos vienen atropellando ya sea desde Madrid, Bruselas o Washington.

Las consecuencias de estos atropellos están hoy con una Andalucía a la que se le fabrican un millón de parados, dos millones de pobres, un millón y medio de analfabetos, trescientas mil personas sin viviendas, los sueldos y pensiones más bajas del Estado, las OCM, agrediéndonos culturalmente o el relego al penúltimo lugar desde el punto de vista socio-económico de todos los países de Europa.

Más aquí, donde se sigue abusando de los trabajadores y no existen tajos donde se cumplan los convenios. Donde ahora se explota también el sufrimiento de la gente que ha tenido que dejar su casa y su lugar de origen para poder sobrevivir. En nuestra tierra, guiada por unos gobernantes que están profundizando la dependencia de la economía mundial a través de una agricultura intensiva, esquilmadora de los recursos, que atiende sólo las necesidades de mercado y no a la de las personas. Que nos convierte en un espacio de servicios y recreo para las clases pudientes y olvida las necesidades de la gente que habita el Medio Rural.

Son nuevos tiempos con nuevos retos, aunque las causas de la injusticia son las mismas que siempre. La calidad de vida y seguridad alimentaria (vacas locas, peste porcina, cultivos transgénicos, etc), la redoblada explotación de los pueblos a través del neoliberalismo económico, la masacre de personas y culturas con los grandes negocios de las guerras; la explotación de los nuevos jornaleros/as y las nuevas empleadas domésticas, los y las personas inmigrantes; el aumento de la xenofobia y el racismo, mafias que expolian impunemente nuestros recursos y destruyen nuestro medio ambiente, almacenando en nuestro suelo sus residuos radiactivos o armamentos que ponen en grave riesgo nuestra seguridad, usar nuestra tierra para agredir a otros pueblos mediante las bases extranjeras (yankis, inglesas y españolas), etc son algunos de los problemas que nos están pidiendo una respuesta fuerte y organizada.

Construir pues ese Poder Andaluz es más necesario para transformar con eficacia esta situación de injusticia para ir a una sociedad de pleno empleo, para poner en marcha la Reforma Agraria del siglo XXI, para aprovechar nuestros recursos naturales y no envenenarlos, para enderezar los derechos humanos tan torcidos en Andalucía... se hace necesario que de abajo a arriba nuestros pueblos sean capaces de encontrar en el nacionalismo de clase la herramienta que necesitamos para que Andalucía vuelva a ser una Nación Libre y soberana, “..volver a ser lo que fuimos...”.

Reclamar más poder político para Andalucía evidentemente lleva aparejada la reforma de la Constitución Y el Estatuto de Carmona y el democrático derecho de autodeterminación al que ningún pueblo puede renunciar si se considera pueblo sobre todo en estos momentos que tantas agresiones del Norte enriquecido estamos recibiendo y vamos a recibir. No puede Andalucía seguir de brazos cruzados mientras se le discrimina y margina ni puede renunciar a su derecho a decidir como pueblo su modelo económico o político porque en ello le va la suerte de su gente y la única posibilidad real de dejar de ser zona para la marginalidad permanente y el subdesarrollo que nos viene desde siglos.

Es hora que Andalucía diga bien alto que no quiere ser agredida ni tutelada por nadie y que exige el respeto que se merece como Nación para decidir en cada momento qué es lo que le conviene a sus intereses soberanos, que son los intereses reales (y no creados) de su gente. Andalucía, como nación oprimida, está sometida principalmente a los vaivenes de los poderes económicos. Éstos sólo tienen una clara consigna: consagrar el poder absoluto de la banca, las multinacionales y la oligarquía española. La práctica diaria nos demuestra que le pueblo andaluz no es dueño ni de su presente ni de su futuro. La frase que lanzase Blas Infante “VIVA ANDALUCÍA LIBRE” se queda vacía de contenido si no se deja que nuestro pueblo pueda decidir en cada momento ser dueño de su destino.

“La tierra pa quien la trabaja” fue y sigue siendo uno de los gritos de rabia del jornalero andaluz. Esta reivindicación histórica conserva plena vigencia en una Andalucía donde el 2% de los propietarios tiene en sus manos la mitad de la tierra cultivable.En el SAT entendemos esta demanda tan sentida en el mundo rural andaluz no como un mero reparto individual de la tierra entre las familias jornaleras, sino como la expropiación de las tierras de los terratenien-tes para ponerlas en producción colectiva bajo control obrero, es decir, la nacionalización de la tierra. Pero una agricultura colectivizada no tiene salida alguna sin el apoyo de la industria y sin canales de comercialización adecuados. Por eso, esta consigna, hay que generalizarla a todos los ámbitos productivos.

La banca, la energía, las grandes empresas y los monopolios, los sectores estratégicos,…deben ser nacionalizados y puestos al servicio de las necesidades de la mayoría y no del lucro privado. Hoy, la consigna es “Andalucía pa quien la trabaja”, es decir, poner los recursos en manos del conjunto de la sociedad para beneficio colectivo de todos y todas. Esta es la única manera eficaz de defendernos de las agresiones de la globalización neoliberal y de sus reformas laborales, de superar el subdesarrollo y la dependencia, de buscar el camino de la emancipación nacional y contribuir a la edificación de una Andalucía Libre en una humanidad socialista.

Esta lucha pasa hoy por la denuncia del Gobierno de Zapatero y de Chaves como agentes políticos de las políticas neoliberales rabiosamente capitalistas al servicio de las multinacionales y en contra de los intereses del Pueblo Trabajador Andaluz.

Es por eso, que desde el SAT nos negamos a creer que la confrontación ideológica haya dejado de ser válida, cuando es, el resultado de ésta, el único motor capaz de imprimir dinamismo y energía al hombre, en su búsqueda incansable de un modelo de Sociedad, Justo, Solidario, Universalista, Socializado, donde pueda desarrollar toda su capacidad creativa, capaz de cambiar al Hombre, para mejorarle, para perfeccionarlo, para hacerlo más feliz. Y decimos el Hombre, ni siquiera un Pueblo. El Hombre que no tiene fronteras, cuyo perfecto estado es el de la LIBERTAD. (Blas Infante).

Desde el SAT decimos que nuestra guerra no está donde señalan los dueños de las petroleras sino que está aquí en Andalucía. Les hemos declarado guerra total a las pesadillas que atormentan al Pueblo Andaluz, a su juventud, a sus hombres y mujeres. Somos conscientes que sólo lograremos ganar esta guerra aquí cuando recuperemos el orgullo, la dignidad como pueblo, así como la soberanía y la justicia social que nos quieren robar los que asesinan en nombre del dinero fuera y luego nos hablan de paz en casa. Esta no es la Andalucía que quería Blas Infante. Si en los temas más vitales para nuestra nación no podemos decidir, ¿de qué nos sirve la autonomía? Es hora de que Andalucía tome las riendas de si misma, de que el Pueblo Andaluz se dote de una soberanía plena, con la que construir nuestro futuro. POR NOSOTR@S MISM@S.

Nuestro Pueblo debe reflexionar sobre su futro y salir del espejismo autonomista que sólo sirve para vendernos un régimen de libertades que no es real y enmascarar la verdadera situación en la que nos encontramos, y optar por recuperar la soberanía y avanzar por el camino de la Reconstrucción Nacional, optar por la Revolución Social para transformar la realidad en otra realidad mejor y justa. Este 4 de Diciembre, Día Nacional, los nacionalistas andaluces queremos decirle a nuestro Pueblo que es hora de retomar sin miedo las riendas de nuestra Historia.

Y para que ese futuro comience hoy, tenemos que dejar muy claras las cosas y hablar muy fuerte para que nos entiendan. Tan claras y tan dignas como la contestación del jornalero al señorito que le daba un duro para que votara a su partido: “en mi jambre mando yo”. Y tan fuertes como gritaron los jornaleros andaluces hace ya muchos años: “VIVA ANDALUCÍA LIBRE”.
¡¡ todo el poder a los trabajadores andaluces !!

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