lunes, 25 de febrero de 2008

Algunas notas sobre la Internacional Comunista y la juventud

Entre 1919 y 1921 la organización internacional, que lideraba Willy Münzenberg, había intentado ocupar el lugar de otro partido comunista queriendo ser la "vanguardia de la vanguardia", una garantía contra las inclinaciones oportunistas de las mayores.

“La historia no se olvidará nunca que fue la juventud la primera en comprometerse en el combate- contra el oportunismo de los par­tidos socialdemócratas en todo el mundo.” Con estas palabras dichas par Gregory. Zinóviev en el segundo Congreso de la ICJ se cerraba toda una época. Entre 1919 y 1921 la organización internacional, que lideraba Willy Münzenberg, había intentado ocupar el lugar de otro partido comunista queriendo ser la "vanguardia de la vanguardia", una garantía contra las inclinaciones oportunistas de las mayores.

Al contrario que el I Congreso de la ICJ no tiene lugar en Moscú sino en Berlín. Reunió aproximadamente 200 delegados y se refirió a su "estrecha relación" con la Internacional pero también a su independencia que se basaba en el lugar de los jóvenes en el proceso de producción, su "psicología particular" y la "necesidad de méto­dos especiales para la educación socialista". Tenían unas finanzas unes órganos; de expresión propia y aparecen como los primeros pro­tagonistas en la creación de secciones de la IC. Incluso en algunos países —Bélgica, España, USA- se adelantan a la izquierda socia­lista.

Contraria a estas posiciones aparecen, la de las juventudes soviéticas (Komsomol) que al igual que la IC contemplan a los joven como una parte del ejército proletario en lucha. Su única justificación como organización separada as que la agitación comunista en la juventud necesita adaptarse más cerca, para percibir mejor la realidad (saludo de Karl Rádek al Congreso)". Los del Konsomol acaba de determinar en su Congreso su total vinculación con el partido y había establecida su relación con el Ejercite Rojo (está en puertas de la guerra civil) y la formación de cuadros para la construcción del socialismo. Una minería (la de los comunistas de izquierda.) abogan por unas juventudes de élite revolucionaria por encima de una organización más amplia. Esta minoría coincide con la mayoría de la ICJ»

El dilema se plantea claramente en torno a dos Congresos cele­brados en dos ciudades distintas» y se planteará» en términos pare­cido la hora de celebrar; el II Congreso internacional. Les rusos defienden Moscú por motivos de seguridad, pero también porque allí se encuentran respaldados por la autoridad; de los mayores y para poner mayor én­fasis en las reivindicaciones cotidianas, Münzenberg por el contrario opta por Berlín y teoriza en base a los planteamientos de la ofensiva revolucionaria, que prima en la línea general predominante en el Komintern pero que se convertirá en las señas de identidad de su tendencia llamada izquierdista (y que más tarde será reconocida como “consejista")

La minoría arguye que ya existen unos partidos para la revolu­ción» y que par lo tanta los jóvenes deben de estar a su servicio» la mayoría", por el contrario, desconfía de estos partidos. En muchos casos ve que sus direcciones están copadas por antiguos socialdemócratas como son los casos de Frossard y Cachin en Francia, Smeral en Checoslovaquia, etc. Los jóvenes suizos llegan a teorizar que la in­dependencia de las juventudes es la garantía contra el enfriamiento del celo- revolucionario, de los adultos» y todos claman "por la impo­sibilidad de subordinarse a unos adultos a los que los años han adormecidos. Incluso plantean que los Congresos seas abierto a otras tendencias revolucionarias (sindicalistas» anarquistas)» que refor­zaría todavía más esta autonomía. Algunos izquierdistas notorios co­mo Lukács y Bordiga se hacen portavoces de estas posiciones en el Komintern.

El grupo dirigente de la ICJ se encuentra incluso a la izquierda da esta corriente. Münzenberg llega a considerar que las 21 condiciones no eran suficientemente intransigentes (cuando actuaron con un repliegue sectario), y defendió con aun característica vehemencia la idea de la "ofensiva" que consideraba que la revolución seguía estando al orden del día a pesar de las derrotas en Alemania, engría e Italia. En su opinión no solo lo estaba históricamente sino también en aquel período, en aquel mismo momento. Lo que faltaba era "comenzar" » y para ello había que "sacudir" la conciencia de las masas con “acciones ejemplares” a la manera anarquista, "electrizar a los mejores”, y demostrar que la socialdemocracia era el único obstáculo. La plasmación de esta línea se dio en la citada "acción de marzo" en 1921 en Alemania en la que la fracción izquierdista que dirigía partido organizó una insurrección que tenía que "galvanizar" a las masas y no, como sucedió en la revolución Octubre, culminar un proceso natural surgido desde aba jo.. El fracaso de la “acción de marzo” de 1921 en Alemania demostró que la llamada “línea de ofensiva” (consejos obreros en oposición a los sindicatos, rechazo de cualquier pacto con la socialdemocracia, acciones ejemplares de masas minoritarias, etc), que éste no era el camino. En II Congreso abría un nuevo período basado en el frente único que iba a frustrar el desarrollo del estalinismo.

El desastre alemán coincidió con la derrota de los ejércitos "blancos" en Rusia y los dirigentes, bolcheviques pudieron dedicar más tiempo y fuerza en, la Internacional. Comprendieron la magnitud del desastre. Lenin advirtió que con esta línea se preparaba su derrota y las de ellos. Se realizó una lectura de la propia experiencia rusa a la luz de las derrotas sucedidas en Hungría, Estonia, Alemania. Alemania, era la clave de la revolución mundial y había que reafirmar la teoría marxista contra una nueva versión del bakuninismo que quería sustituir con voluntad la falta de preparación de las condiciones objetivas.

En este marco, en el del giro bacía el frente único de la Internacional, se desarrolla el II Congreso de la ICJ que consigue con ello su plenitud organizativa. Asisten 35 delegaciones que representan cerca de 800.000 militantes. Se tratan problemas hasta ahora insólitos en el carácter juvenil y eurocentrista del movimiento; se discute la importancia de organizar a los jóvenes en los pueblos colonizados y semicoIonizados, el impulso de la organización entra los niños, dando en ambos casos un nuevo relieve a la lucha ideológica contra la religión y los prejuicios reaccionarios. Pero en el orden político, la polémica será dura. Sin embargo, los izquierdistas se baten en retirada, El único argumento que se apone a la intervención de Trotsky que explica el significado del frente único es que los “centristas” como el checoslovaco Smeral están de acuerdo. Münzenberg será desplazado y pasará a ocu­par funcionas en la Internacional.

En la resolución final se acuerdan ocho puntos en los que se establece una interrelación entre el partido y las Juventudes; el partido debe de contribuir a organizar las juventudes en todas partes; la edad límite se cifra en 21 años para las juventudes; representación mutua en ambas organizaciones; participación en todas las campañas del partido; cada órgano de prensa del partido debe de tener un suplemento juvenil publicada por ellos; escuelas da jóvenes en el partido; rejuvenecimiento de las juventudes y pase prudente y acordado hacia el partido. La organización se establece entorno a la célula y no del territorio y se da una gran importancia a las reivindicaciones económicas. Se trata de reconvertir unas juventudes vanguardista en una amplia or­ganización de mas as.

Sin embargo, este giro no encontrará las posibilidades que parecían abiertas. El sueño de la resolución inmediata atrajo a milla­res da jóvenes que se alejaron cuando se les planteó una lucha a más largo plazo. Contribuyó a este alejamiento la crisis económica y el reflujo del movimiento obrero, y con ello, la recuperación de la iniciativa bur­guesa y el reforzamiento de la socialdemocracia... La llamada "bolchevización" no sólo acaba con los atisbos de independencia de las ju­ventudes sino que las sometió completamente a los dictados de la di­rección "leninista" tal como la entendían por Zinóviev, Kámenev y un tal Stalin. De un error —de unas juventudes que trataban de vigilar a los mayores e in— tentaban ser sistemáticamente más radicales que ellos— se pasó ahora a otra división. A los jóvenes y a la base le tocaba trabajar y salir a la calle mientras que las tareas de dirección eran exclusivas del equipo rector, del “mando único” según la fórmula más querida por Stalin. La internacional juvenil desaparecerá de hecha mucho antes que tuviera lugar su disolución final.

Lo que viene después será -por decirlo así-, otra historia.

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