lunes, 3 de noviembre de 2008

Andalucía: Una bomba de relojería en el Estrecho

Las gasolineras flotantes y el tráfico intenso de buques causan constantes accidentes en la Bahía de Algeciras. La zona es Parque Natural y Reserva de la Biosfera

Los trabajadores no pueden faenar desde que el granelero Fedra chocó el 10 de octubre contra Punta Europa, partiéndose en dos y derramando 200 toneladas de hidrocarburo. Los surfistas se han ido de Tarifa y los algecireños de San García tienen como vecino a otro buque embarrancado, el Tawe, cuyo plan de reflote estaba previsto para hoy. Los ánimos están caldeados en Gibraltar.

La intensa actividad marítima en la Bahía de Algeciras ha causado, en los últimos ocho años, casi una veintena de accidentes graves. Desde enero de 2007, en concreto, han encallado cinco buques, provocando importantes vertidos. El trasiego de petroleros y gabarras –barcos surtidores– por la bahía, junto a la limpieza de sentinas fuera del puerto o la actividad del polo químico, convierten la zona en una “olla a presión”, según

En los último ocho años se han producido una veintena de accidentes graves en la Bahía de Algeciras

En el área del Estrecho, Reserva de la Biosfera y Parque Natural, se trasvasan al año seis millones de toneladas de hidrocarburos entre buques sobre el agua. Es el bunkering. Esta práctica está permitida en ciertos espacios pero siempre con gabarras que tengan doble casco y en buenas condiciones climatológicas. Sin embargo, los grandes petroleros de venta de combustible, auténticas gasolineras flotantes, permanecen fondeados al este del Peñón y hacen bunkering de manera impune, incluso entre buques.

Este hehco se le añaden los planes de ampliación del Puerto de Algeciras y Tarifa además de la construcción de una nueva gasolinera fija para barcos en el muelle de la Isla Verde, así como las actividades desleales del puerto de Gibraltar. Además, preocupan los 100.000 grandes buques al año que pasan por el Estrecho.

En el fondo del problema está el contencioso de Gibraltar. Según el Tratado de Utrecht (1713), la colonia británica no tiene aguas jurisdiccionales y España no las reconoce, pero Gibraltar reclama las que rodean al Peñón y ejerce su autoridad sobre ellas, con lo que el margen de acción español es nulo en ese espacio.

La presión creciente en la Bahía de Algeciras desde hace cuatro décadas ha provocado un descenso alarmante de su biodiversidad. La antigua zona de Punta Mala –Campamento– exhibía roquedos naturales “sorprendentes, con una alta riqueza botánica y zoológica”. Al desaparecer estos peñascos con la construcción de los astilleros Crinavis “desapareció toda la riqueza biológica asociada y un hábitat natural donde numerosas especies se reproducían.

También son historia las praderas de la fanerógama marina (Cymodocea nodosa) en el saco interno de la Bahía, y con ello se perdió toda la fauna y flora asociadas. Debido a su complejidad ecológica, con unidades ambientales distintas, múltiples conexiones y gran capacidad de renovación de sus aguas, el estado de salud de la Bahía depende de las zonas.

La parte mejor conservada es la Punta de San García, hacia donde derivó el buque Tawe. Al tiempo, también es la más sensible, pues alberga especies protegidas, algunas de ellas en peligro de extinción, como la lapa ferruginea (Patella ferruginea).

Los pescadores también han comprobado la pérdida de pesquería, desde atún rojo a voraz, pasando por salmonetes, sardinas, caballas o boquerones.

Fuente: gas

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