martes, 29 de enero de 2008

Marcha contra la siniestralidad laboral

El Comité Nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores acompañado de representantes de las distintas asambleas locales marcharon el pasado 25 de Enero hasta la sede de la Conferencia de Empresarios Andaluces para denunciar las 182 muertes en accidentes laborales que ocurrieron en Andalucía en 2007.

Video del Acto


Declaraciones de Diego Cañamero, Secretario General del SAT

Andalucía al máximo... DE ACCIDENTES LABORALES

170.696 accidentes laborales con baja y 182 muertos en el tajo, según datos del Ministerio de Trabajo, es el resultado trágico de 2007 en Andalucía. SEGUIMOS A LA CABEZA DE ACCIDENTES LABORALES EN TODA ESPAÑA.

Sí, Sr. Chaves, Andalucía al máximo... pero de accidentes laborales, de paro, de pobreza, de exclusión social, de marginación, de especulación, de corrupción, de bajos salarios y pensiones de miseria.
Toda esta interminable cadena de muertes, dejémoslo claro de una vez, no son accidentes, sino verdaderos crímenes anunciados de los que únicamente cabe responsabilizar a los empresarios, por no poner todos los medios adecuados para que no sucedan, y a los gobiernos central y de la Junta, por consentir y amparar con su pasividad esta insostenible situación.

Los hipócritamente llamados “accidentes de trabajo” son consecuencia de la creciente degradación de las condiciones de trabajo impulsada por el ansia de beneficios sin límites de los empresarios y caracterizada por la existencia de una tasa de temporalidad que triplica a la media de la UE, el incumplimiento sistemático de las obligaciones empresariales en materia de prevención de riesgos laborales, el incremento incesante de la subcontratación, etc., etc., etc. La precariedad y la subcontratación son instrumentos empresariales que provocan muertes obreras.

Desde el SAT lamamos a toda la clase trabajadora andaluza a rebelarse contra este intolerable rosario de muertes y exigimos con rotundidad a los gobiernos central y autonómico que dejen lavar su imagen pública con ineficaces campañas de sensibilización y adopten, de una vez todas, las medidas legales necesarias para acabar de raíz con la temporalidad, las subcontrataciones y la precariedad económica de los salarios, porque solo así no resultará preciso, para conservar el empleo o ganar un salario, trabajar sin haber recibido los niveles de formación necesarios, sin medios de protección adecuados o con ritmos de trabajo acelerados y jornadas interminables.

martes, 22 de enero de 2008

La no renovación del contrato como forma de despido injustificado.

Por Juanfer Sánchez.

Cuando se alude desde la izquierda revolucionaria al sistema capitalista como un sistema coactivo, explotador y nefasto para la clase trabajadora en todos los sentidos no se hace en abstracto ni por gusto. Son muchos y múltiples los temas a tratar en este sentido. Hoy queremos hablar de uno que se está utilizando con mucha frecuencia en nuestros pueblos y comarcas de Andalucía y otras latitudes.

En Andalucía sabemos muy bien de esa problemática, donde la mayoría de jóvenes y no tan jóvenes no poseen un contrato estable, que les permita vivir con un mínimo de seguridad, sin incertidumbres, que les permita, al menos, lo mínimo indispensable para poder acometer proyectos por ellos mismos. Pero una empresa propia, una vivienda, una familia, un coche o el más insignificante gasto de un fin de semana no podemos acometerlo sin un trabajo. No es baladí, el trabajo es el sustento de nuestra vida.

No quieren que tengamos un contrato estable porque así creen que pueden movernos como marionetas, porque así saben que estamos en pelotas, sin derechos, sin el beneficio de la duda ni de la palabra.

¿Quién no ha conocido alguna vez al gerente o empresario mentiroso y descarnado que no le importa dejarte tirado en la cuneta, sin vergüenza ninguna después de todo lo hecho por él y la empresa? ¿Quién no ha conocido al chivato de turno, que poniendo una sonrisa hipócrita, te apuñala y te delata cada vez que dices alguna palabra, aunque sea “hola”? ¿Quién no ha conocido al encargado que tan muerto de hambre como tu, solo sabe insultarte y después se caga en los pantalones cuando sube las escaleras de la dirección del jefe? ¿Quién no ha conocido insultos, improperios, historias inventadas, menosprecios problemas creados o invenciones que te causan el tener que irte de la empresa o te ha causado el despido por culpa de algunos de los personajes arriba citados?

La no renovación del contrato como forma de despido injustificado es una forma brutal de represión al trabajador, es una mordaza que impide defenderse en modo alguno, por mínimo que sea, de los ataques mas burdos, inesperados e injustificados por parte de algún superior con ínfulas de Napoleón que confunde el trabajo y el ordenamiento de tal, con el despotismo y la obediencia ciega. Despotismo y obediencia ciega, que reconozcanme al menos los más insensatos, no están recogidas en el Estatuto de los Trabajadores. Es una forma de proceder propia de gansters de la mafia más que de empresarios realmente democráticos en un Estado de Derecho en el siglo XXI.

Es una forma muy elegante de decir “vete a la puta calle y que te den”. Así, sin más. Lo peor de todo es que esto tiene visos de legalidad. Cuando desde la izquierda hemos venido denunciando la precariedad laboral, los contratos basura, las coacciones diversas contra los trabajadores, sean sindicalistas o no, los insultos, las situaciones abusivas que diariamente sufrimos los trabajadores, el día a día nos demuestra que acertábamos. Como acertaron los franceses que consiguieron luchando en la calle tirar a la basura ese plan del Contrato del Primer Empleo del reaccionario Sarkozy, una estratagema que allí consiguieron parar pero que aquí, infestados hasta el tuétano del pensamiento único, más preocupados por el fútbol, la botella y el vicio de turno, consiguieron, como diría cualquier currante, meternosla doblada.

Y así estamos, señores, tenemos que darnos cuenta de que todos estos problemas, especialmente el de la no renovación del contrato como forma de despido y represión descarada, es algo que hipoteca nuestra futuro, que lesiona nuestra dignidad, es una fina cuchilla que a la más mínima nos corta la yugular. Es algo que no debemos de permitir los hombres y mujeres de bien. Aunque sólo sea por salud democrática.

Con tristeza vemos que los atentados contra los trabajadores tienen curso legal en esta Andalucía del 2007. Con optimismo vemos que sólo los trabajadores, unidos, tenemos el verdadero poder y que ese poder debe ser ejercido. En verdad sabemos que el Pueblo Andaluz y los trabajadores de la Puebla, van a tener el orgullo, la dignidad y el coraje de plantar cara a los abusos, los chantajes, las represalias, las coacciones y las amenazas. Somos sólo nosotros/as los que podemos parar esta espiral de represión y venganza. De ellos, de esos que venden y traicionan hasta a su madre si debieran hacerlo, no podemos esperar nada. No tienen escrúpulos. Ni los tendrán hasta que los frenemos en sus fascistas intenciones y métodos. Los trabajadores moriscos, la lucha obrera, La Puebla de Cazalla, resurgirá de sus cenizas, más tarde o más temprano, porque no queda otra.

También me pregunto cómo es posible que, en la Andalucía de 2007, en una Andalucía supuestamente democrática, pasen estas cosas y además sean consentidas por los poderes y los gobiernos. Porque para mí los responsables no sólo son los chivatos, los soplones, los muertos de hambre venidos a mas por una traición de cuatro euros más a final de mes, no sólo son responsables. Responsables son los Gobiernos, Andaluz y Estatal, que permiten vergonzosamente esto, que no tienen la voluntad de decir que eso se acabó por lo sano. Con una orden, clara, nítida, directa. Responsables son la Patronal y los “sindicatos” del régimen que traicionando al Pueblo, les ponen en bandeja al empresario explotador de turno la negación de los derechos más basicos de cualquier trabajador y no sólo ya como trabajador, sino como persona, derechos negados y atropellos servidos a la carta.

Y finalmente, responsables somos todos/as los/as trabajadores/as, de permitir que hagan eso con nosotros. Ni el miedo, ni el silencio, ni las represalias, ni el chantaje o la amenaza justifican esta situación ni justificaron nunca nada, ni justifican que estemos cruzados de brazos ante ello. Porque si lo permitimos, renunciamos no sólo a nuestra dignidad, sino a que los trabajadores y trabajadoras de Andalucía tengamos un futuro próspero, estable, libre. Nosotros y los que vengan después de nosotros. Un presente que se lucha día a día para un futuro sin incertidumbres, sin abusos, sin coacciones.

¿dónde nos quedó el orgullo, moriscos? Yo no me creo que este pueblo sea así, habrá miedo, pero ya es hora de romper el miedo. Este es un pueblo muy trabajador, luchador, temible cuando se levanta. Ya está bien de temblar nosotros, que tiemblen los que hacen temblar. ¿es que quizá no se lo llevan merecido desde hace mucho? ¿es que quizá, nosotros, los trabajadores, no somos los que estamos levantando la Puebla y Andalucía con mucho trabajo, dolor y sufrimiento? ¿es que no somos nosotros los trabajadores los que aguantamos 50 grados al sol o a la sombra, el frío, la lluvia, la brisa y hasta los insultos de cualquier desgraciado? ¿Quiénes son esos vulgares tripones que nos acusan de vagos cuando son ellos los que no han trabajado en su vida, una vida regalada viviendo del sudor de los demás? ¿qué razones hay para perder el honor, la dignidad, el buen juicio y la decencia entonces?

El problema aquí ya no son los contratos basura, sino la basura que nos contrata. El problema es este circo llamado “democracia” donde siempre pagan los mismos. Y ya está bien. Ahora vendrán a acusarnos los pelotas de turno en sus tajos, a hablar mal de nosotros/as esos que se han dado por aludidos. No nos importa. El pueblo lo calla por esa navaja trapera llamada miedo, pero aquí todo el mundo sabe la verdad, desde el primer vecino a la última vecina.

Ellos, los responsables de estos atropellos, nos llamarán extremistas (que no lo somos, por cierto), nos llamarán cualquier cosa para intentar acallarnos pero no podrán. La razón y la verdad pesan más que la cobardía y la amenaza.

Y les responderemos, frente al aullido hambriento del lobo, como cantaba Carlos Cano:


De Ronda vengo
Lo mío buscando
La flor del pueblo
La flor de mayo
Verde, blanca y verde.
Ay, qué bonica
Verla en el aire
Quitando penas
Quitando hambres
Verde, blanca y verde.
Amo mi tierra
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde

Qué alegres cantan
Las golondrinas
Tierra sin amos
Tierra de espigas
Verde, blanca y verde.
Cómo relucen
Las amapolas
De Andalucía
trabajadora
Verde, blanca y verde.
Amo mi tierra
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde

La seguridad, los errores y la hipocresía.

Por Juanfer Sánchez.

Comunicado del SAT Puebla de Cazalla ante la ola de robos y rumores racistas.

Antes de nada, expresar que la posición del SAT es que no se cometan más robos, solidarizarnos con los afectados y censurar a las mafias varias que siembran algo más que un robo en esta tierra. Unos robos a los que estamos expuestos TODOS los ciudadanos de este pueblo, no sólo los comerciantes.

Quien robe, su lugar debe estar en la cárcel, que sea juzgado por ello. Pero de ahí a cargar tintas contra el colectivo de trabajadores extranjeros que trabajan en este pueblo honradamente (y bastante explotados, por cierto) va un trecho y un límite que desde el SAT no estamos dispuestos a dejar pasar.

Últimamente estamos viendo crecer un rumor mentiroso, apestoso e incierto. Y como todo rumor, sólo puede traernos discordias, disputas, mal ambiente y finalmente desgracias. Además, porque el tema en cuestión, que es solucionar los robos y juzgar a los culpables, se deja de lado abriendo paso al odio. Ya somos grandecitos para no dar mal ejemplo a nuestros niños y niñas y para actuar con responsabilidad y madurez.

Ese rumor es culpabilizar a todo trabajador extranjero de los robos cometidos última-mente en nuestra localidad. No se si tendrán esta gente que afirma eso la bola de cristal para verlos, pero en vez de sembrar racismo barato y pegarle los mocos a los demás, deberían ir con su bola de cristal y sus conocimientos de Paco Porras a la policía y dar nombres e información. Si están ya de por si oscuros los robos y la situación, más oscuras y sucias vemos desde el SAT estas actitudes que en nada ayudan a solucionar el problema.

En la Puebla se ha robado desde siempre, antes de la llegada de los trabajadores extranjeros. Los robos no tienen patente de nacionalidad, sino de comportamiento, por lo que buscar cabezas de turco criminalizando a unos trabajadores por el mero hecho de ser de fuera, no es algo solamente equivocado, sino falso e intolerable. El ser bueno o malo no depende ni del color ni de la procedencia de la persona, sino de la intencionalidad con la que el sujeto o sujetos cometen acciones perjudiciales para los demás. Y al parecer este no es el caso del 99% de los trabajadores extranjeros que hacen su tarea en la localidad.

Quizá haya en la Puebla, que eso no es demostrable a día de hoy, alguien o algunos que integren una banda que se dedique al hurto y que su nacionalidad sea extranjera. Por lo general estas bandas son nómadas y no suelen establecer bases fijas en ningún sitio salvo en lugares que son paraísos fiscales donde nadie les pueda pedir cuentas por dinero negro, caso que no se da en la Puebla precisamente. Sí que han existido desde siempre bandas o pandillas de ladrones de poca monta propios de la zona, generalmente robos que eran para financiar la dosis diaria de la droga consumida.

En los robos ocurridos en la localidad hemos de decir que bien por su ubicación y tipo, el robo de una mercancía en una nave del polígono (uno de los más sonados), cerrada, sin posibilidad para alguien que sea de fuera, el saber qué materiales puede haber dentro de esa nave o donde se encuentra ubicada. Quiere decir esto, que nosotros creemos que hay gente de la localidad que señala y otros que ejecutan. Para rematar la faena, saben que los bestiarios populares, intoxicados del racismo facilón y estúpido, van a culpar a los de fuera, por ser los que vendrían con más necesidad. Pero se da la circunstancia de que esos trabajadores de fuera están plenamente integrados y no han venido con los calzones rotos. Han tenido y tienen lo básico para poder subsistir. Por tanto, vemos que tras el dedo que señala y la mano que ejecuta, hay un plan premeditado de aprovechamiento de la ignorancia para desviar la atención y cargar culpas contra gente que no la tiene.

Repetimos que todos y cada uno de los vecinos de esta localidad estamos expuestos a robos (incluidos los trabajadores extranjeros), por lo que la problemática no se reduce sólo a los comerciantes ni siquiera a los andaluces, sino a toda la sociedad que integra la Puebla, que reúne varias nacionalidades.

Ahora queríamos mencionar el tema de la hipocresía, porque tenemos una ética como personas democráticas, justas y como sindicato que nos fuerza a dar un tirón de orejas a esos que desde la ignorancia están atizando el fuego de la xenofobia sin razón alguna y con la motivación de alentar no se sabe que oscuras acciones e intenciones.

Hablamos y decimos que hay que ser un desalmado para buscar cabezas de turco en unas personas inocentes que vienen a Andalucía por las mismas razones que nosotros, los andaluces, nos tuvimos que ir en masa de nuestra Patria Andaluza hacia otros lugares. La memoria, sin conciencia, a veces pierde fuerza y olvida que nosotros ayer éramos los cabezas de turco de las culpas de otros, éramos los que “invadíamos” otros lugares, éramos y aún somos, a nadie se le olvide, como nos dicen en Ibiza, los que apestábamos y apestamos otras patrias con nuestro pescaíto frito y nuestras ferias. Yo no quiero ni pensar que diría uno de estos desalmados si, supongamos, a los rumanos se les ocurriera montar una feria suya aquí lo mismo que los andaluces la montan en Ibiza. Aún somos emigrantes, más de 6.000 moriscos están fuera de la Puebla y otros cientos se pasan temporadas fuera para ganarse el pan. Y vienen muchos que se quejan del trato recibido en la isla de Matutes; muchos de esos que van de “guays” por la vida escupiendo racismo son o tienen familiares directos de nuestros emigrantes. ¿aplicamos el mismo embudo para unos que para otros? ¿tratamos al otro como nos gustaría que nos tratasen a nosotros? ¿es justo, moral y ético tratar al otro como nos han maltratado a los andaluces? ¿es esta la imagen que quieren algunos indeseables dar de nuestro Pueblo? ¿estos indeseables representan a nuestro Pueblo y tienen meridiana idea de lo que hablan? Rotundamente, no.

Y siguiendo con las hipocresías, sería conveniente que todos los que hablan sin saber o cargan culpas contra los demás, se miraran de verdad y se preguntaran quien les roba día a día. Aquí todo el mundo se tira de los pelos como si aquí nadie hubiese roto un plato nunca ni los siguiesen rompiendo. Hablamos de robos, sí, al igual que hablábamos de que aquí se ha robado desde siempre. Y no vamos a referirnos ahora a los choricillos de poca monta. Nos referimos al robo institucionalizado,el robo legalizado al Pueblo Trabajador.

¿dónde están esos que tanto hablan cuando les están robando día a día en impuestos abusivos? ¿dónde están esos que hablan cuando se comete un atropello contra un trabajador? ¿Dónde están esos que hablan cuando alguna empresa o patrón roba descaradamente a un trabajador? ¿dónde estan esos que hablan para denunciar la explotación de dar pingües beneficios a una empresa a cambio de una migaja que cada vez sirve menos llamada salario? ¿dónde están esos que tanto hablan para exigir al Gobierno y a las administraciones una vivienda digna, asequible y barata? ¿dónde están esos que hablan para exigir el pleno empleo y que se utilicen las tierras baldías que son muchas? ¿dónde están los que tanto hablan cuando hay que defender derechos democráticos y el futuro y bienestar de un pueblo?

Si alguien habla, por secuencia lógica debería ser por solidaridad, por rabia. Si alguien socializa un mensaje, debe ser porque se considera parte activa y/o víctima del problema. Y el problema es que el pueblo andaluz está siendo pisoteado en todos los aspectos por el poder y los poderosos, sin que esos que tanto les gusta extender el racismo, digan esta boca es mía. Parece que tienen el síndrome del explotado, el síndrome de Estocolmo. Exculpan a los usurpadores de sus derechos mientran atacan al débil, al que saben que está más indefenso. Pero al poderoso que le ataca, le roba todos los días y le ofende, a ese no se le toca ni de ese se habla. Y para nosotros, para el SAT, eso se llama cobardía, se llama incoherencia, se llama cinismo. Y también lo llamamos racismo de mierda, racismo de mierda porque si estuviéramos hablando de un extranjero con dinero y del cual pudieran obtener favores, muchos de esos que hablan, sin ética, sin carácter ni personalidad no dudarían en bajarse los pantalones y tragarse su xenofobia con papas aliñás.

Esos comportamientos que son consecuencia de la no conciencia de clase, de la incapacidad de reconocer cuál y de donde viene el problema de fondo, que es la superestructura capitalista, este sistema injusto. Son consecuencia del pensamiento único inducido desde los medios de comunicación y los estamentos educativos. Son consecuencia de la ignorancia, de la falta de personalidad, del desconocimiento más absoluto. Los que así actuan son verdaderos analfabetos del siglo XXI, porque conoce-mos mucha gente que son analfabetos funcionales, que no sabrán leer o escribir, o gente que ni siquiera tengan estudios, pero al menos son unas estupendas personas, con buen juicio y decencia, trabajadoras y honradas y en su mayoría cultas; no enviados del poder, sumisos y siervos del sistema, parapetos y fuerzas de choque en las tascas y en la calle de unos planteamientos demenciales que no se creen ni ellos.

Desde el SAT pedimos que haya un giro en la conciencia de todos y todas, que haya más medios para atajar los robos y que se juzguen a los culpables. Y pedimos en otro sentido, que seamos coherentes y dignos y exigamos responsabilidades a los culpables de los atropellos diarios al pueblo andaluz. Porque si desde determinados sectores se pide la solidaridad, esta solidaridad debe ser recíproca, limpia. No un remedo de solidaridad interesada a la que se apela cuando a uno no le van las cosas bien y luego cuando el temporal ha pasado, dar la espalda a otra gente (y no poca) que necesita esa solidaridad real, de acción, de denuncia, de sentimiento y corazón.

Finalmente, desde el SAT vamos a denunciar en los juzgados a toda persona que escuchemos o sepamos que está promoviendo rumores inventados y alentando al racismo. Porque hay leyes que penan estos censurables, irresponsables y intolerables comportamientos racistas. Y sobre todo, porque hay unos límites, unos valores demo-cráticos, una ética, una justicia social y una moral que desde el SAT aplicamos a todos los niveles.

Andalucía: cine, tierra y libertad

Unos compañeros de Roquetes del Garraf (Sant Pere de Ribes) me han pedido que les ayude a montar un ciclo cinematográfico sobre historias andaluzas para febrero, para culminar en un acto final. A pesar de los pesares, películas no faltan.

Recordemos de entrada que las ideas anarquistas tuvieron una gran importancia en Andalucía desde los tiempos de la AIT hasta la guerra civil, aunque el PSOE, la UGT y en el menor grado, el PCE, también tuvieron su importancia; el POUM justo comenzaba en 1936.

Bajo diversas variantes, el anarquismo tuvo una destacada participación en los más destacadas movilizaciones sociales que se dieron desde la “comuna” de Sanlúcar de Barrameda de 1873 hasta los trágicos acontecimientos de Casas Viejas, paradigma de la gran matanza que se avecina...El anarquismo andaluz también produjo alguna de las figuras universales del movimiento como Fermín Salvochea, personaje legendario donde los haya, inmortalizado por la literatura (Blasco Ibáñez ofreció un destacado retrato suyo en una de sus obras más sociales, La bodega). Una auténtica fuente argumental que combina tanto la esperanza utópica con la tragedia de una represión que culminó con la sublevación militar-fascista. .Más de medio siglo de historia social quedaron sepultados, los que quedaron, bastante tuvieron ya con sobrevivir. Curiosamente, esta obra de Blasco Ibáñez nunca sería adaptada ni en el cine ni en la Tele, tan mimado por uno y otro medio.

Antes de la guerra, por motivos más que obvios, el cine español que había empezado a ser popular en el mejor sentido, todavía no había descubierto todavía el “compromiso”, y después de la guerra, porque el franquismo utilizó deformando (servidor, en su primeros razonamientos, no entendía como era que la Andalucía de las películas no se parecía en nada a la que le había tocado vivir) algunos elementos de la cultura andaluza para venderla como imagen de marca con su interminable cohorte de folklóricas y folklorismos “modernizados” a través de las películas con Manolo Escobar (con títulos tan emblemáticos como La mujer es un buen negocio)...Por entonces, las excepciones fueron contadas (Llanto por un bandido, La piel quemada), y muy mal vistas oficialmente. En los últimos tiempos han cambiado un tanto las cosas gracias a nuevos cineastas como Benito Zambrano, del que recomiendo tanto Solas como Padre Coraje (de la que existe una versión completa en DVD) o Antonio Cuadri que ha hecho cosas interesantes y del que he recomendado sin poder ver todavía, El año de los tiros, sobre todo por la significación y trascendencia de la historia que trata. Anteriormente, el cine andaluz y en especial el más alternativo, apenas si consiguió despegar, de forma que con lo pocos títulos realizados tuvieron un carácter heroico hasta el punto que en comparación, proyectos catalanes más o menos parecidos como La ciutat cremada, pueden parecer casi con presupuestos “millonarios”.

Tanto es así que se pueda afirmar sin miedo al error que la película más popular y asequible (“que le suene” a los espectadores) relacionada con las agitaciones campesinas en Andalucía es La cólera del viento (España-Italia,1970). Éste es un título muy particular del irregular Mario Camus quien después de trabajar a destaja en películas interesantes como Young Sánchez (1964) pero también en engendros al servicio del inefable Raphael, el bardo franquista o de la Saratísima, aunque en este caso (Esa mujer) en clave de sátira oculta. La cólera...parte de una idea de Manolo Marinero desarrollada por media docena de guionistas y cuya primera singularidad es que se trata de un Sur ambientado en pueblos andaluces y con vestuarios propios de finales del siglo pasado. Un escenario muy cercano al del Far West almeriense que hizo célebre Sergio Leone con la ayuda inapreciable de Clint Eastwood y de la música de Ennio Morricone desde Por un puñado de dólares, pero los más avisado pudieron advertir rasgos evidentes de una Andalucía de ínfulas californianas de finales del siglo XIX, más o menos coincidente con la de los tiempos de la llamada “Mano Negra”. Hay un problema de campesinos sin tierras, de terratenientes y bodegueros como queda patente en la única escena bastante violenta. Dominan unos señores que no quieren ni oír de mejoras sociales por moderadas que sean. La protesta (muy difusa) consigue que estos se dividan entre un protofascista Don Pedro (Fernando Rey haciendo los deberes), y otro más dialogante (William Layton), que será precisamente asesinado para culpar a los revolucionarios. Se reconstruye en una tensión social que, empero, no consigue aflorar plenamente en el ambiente, posiblemente por las limitaciones propias de la producción. Sus protagonistas son dos tópicos pistoleros, Marcos y Jacobo (encarnados por Mario Girotti alias del insufrible Terence Hill, y nuestro Mario Pardo), llegan al pueblo como sicarios de los amos del lugar en el mismo momento en que lo hace un agitador de potente oratoria. Éste habla a los campesinos y les dice que tienen que dejar de ser serviles y de obedecer, proclama que la revolución es posible, que hay que acabar con la autoridad y que el Estado es una mala palabra que no hay ni siquiera que pronunciar. Incluso repite las famosas palabras de Durruti según las cuales no hay que temer la destrucción porque los trabajadores llevan un mundo nuevo en sus corazones. Detrás de estas ideas se organiza el pueblo que se expresa a través de diversos portavoces: Ángel Lombarte, Carlos Otero, Manuel Aleixandre, etc. Lo demás no es más que la enésima variación del pistolero que cambia de bando un poco por amor y un poco por conciencia... Presumiblemente, la censura ni se enteró, pero por citar un modesto ejemplo, a mí me sirvió para dar una pequeña charla en un cuartel de Ceuta, desde el cual la recomendé a todas mis amistades. No se daban oportunidades parecidas todos los días.

Lo siguientes son títulos prácticamente desconocidos, comenzando por la ignota Fermín Salvochea: visto para sentencia (1988), obra de M. Carlos Fernández Sánchez (nombre que alguien atribuye a un veterano actor, exiliado republicano, que se hizo un habitual en Hollywood en papel secundarios de mexicano,), auténtico “creador” ya que corre a cargo del guión (Premio de la Junta de Andalucía, un detalle), director, responsable de la fotografía y de montaje final, un auténtico desconocido como la película, que casi nadie ha visto aunque tuvo un remoto pase en el cine-club de TV2, o sea a altas horas de la madrugada. Der alguna manera, el esfuerzo de su autor vale más que la película, acabada abruptamente por falta de presupuesto. A la pobreza de medios se le une el “amateurismo”, de forma que más que de un filme parece un docudrama tan torpe como voluntarioso, y las vicisitudes del legendario personaje no son suficientes para que la película superara tantísimos obstáculos.

Un poco de más suerte tuvo Tierra de rastrojos (1979), que significó el debut de Antonio Gonzalo y que fue presentada al Festival de Berlín de 1980. En su momento significó una auténtica producción “militante”, cuando todavía existían expectativas de que estas cosas eran, además de necesarias, posibles. Su un tanto confusa trama evoca la situación del agro andaluz en vísperas de la guerra civil y en sus comienzos, y que apenas si fue estrenada. Es una historia que cabalga entre el documental que recoge el quehacer de los braseros y una dramatización que no acaba de encarnarse en los personajes. La voluntad didáctica prevalece sobre la trama que no acaba de recibir cuerpo en unos personajes que apenas si quedan apuntados. Basada en una novela (autoeditada) Antonio García Cano describe con cierto detalle la vida cotidiana de un grupo de jornaleros que protagonizan una movilización por sus derechos más elementales. Se puede entender que estos están vinculados con la CNT aunque no queda muy precisado. El colectivo asiste esperanzado a la victoria electoral del Frente Popular hasta que llegan las noticias del golpe y los caciques con el apoyo del ejército y de la Falange comienza la caza de los “rojos” que se habían distinguido en las luchas en una tierra de rastrojos, o sea donde los campesinos viven de lo queda después de que los amos se hayan quedado con el producto de la siega. A pesar de contar con un reparto bastante atractivo, compuesto por actores que se habían significado en actividades militantes como María Luisa San José, Joaquín Hinojosa, María Asquerino, Luis Politti, más el entonces famoso "cantautor" antifranquista, Manuel Gerena, Santiago Ramos y el siempre considerable Ricardo Palacios.

Tras su periplo norteamericano durante el cual dirigirá a David Carradine en Las huellas del lince y a James Brolin en El aroma del copal, (España-EEUU; 1996), adaptación de una novela de Javier Reverte que cuenta un conflicto de intereses en un lugar de Centroamérica con una vocación antiimperialista, ambas con escaso éxito de crítica y público a pesar de sus manifiestas inquietudes críticas, Antonio Gonzalo regresará a Andalucía para dirigir Una pasión singular (Vida de Blas Infante) (2002), empresa más bien oficialista (como no podía ser menos) en la que recrea la vida del escritor y político Blas Infante, gran impulsor del movimiento andalucista durante la Segunda República y firme defensor de un nacionalismo pacífico y abierto con amplias conexiones con el anarquismo (en particular con el legendario pero también controvertido doctor Pedro Vallina que tiene un destacado protagonismo y que es interpretado por el excelente Manuel Morón, el violento padre de El Bolas), que fue asesinado por falangistas nada más comenzar la guerra civil. Al hilo de su dramático proceso de detención y muerte, se recuerda su culta formación juvenil, sus esfuerzos por hacer llegar la justicia al medio rural, su complejo pero edificante matrimonio y su entusiasta dedicación a la política, junto a destacadas personalidades como los hermanos Álvarez Quintero. Supongo que esta es, en principio, la película más idónea para debatir (más que “celebrar”) el Día de Andalucía.

Un buen ejemplo del poder que siguieron gozando los terratenientes lo tuvimos con Rocío (1980), de Fernando Ruiz Vergara, un esmerado documental antropológico sobre la inserción de la religión en Andalucía y sobre uno de los fenómenos más característicos de la Andalucía profunda, y que sufrió toda clase de avatares porque se señalaba los intereses económicos que envolvían el Rocío, y señala la participa­ción del señorito José María Reales, cofundador de la Hermandad del Rocío, en la represión salvaje sobre más de un centenar de habitantes de AI­monte on ocasión de la sublevación militar-fascista de 1936. Esto motivó sendos cortes obligados por sentencia judicial por demanda de los herederos del mentado se­ñor. Aunque no se andaban con broma, la verdad es que a veces lo parecía, como en el caso del terrateniente que aparece entrevista en la serie La guerra civil española, de la BBC, que cuenta que los campesinos eran muy egoístas porque querían colectivizar la tierra para ellos... sin pensar como él, ¡en España!...La historia trágica prosigue con los testimonios sobre la represión criminal de Casas Viejas en 11933, un prólogo de lo que luego el franquismo multiplicaría hasta los abismos del horror reaccionario.

Pero sobre este punto me dispenso porque ya publiqué un artículos en Kaos…

Siniestralidad laboral en la provincia de Cordoba 2007

Balance sobre la siniestralidad laboral en 2007
en la provincia de Córdoba

Córdoba cerró el año 2007 a la cabeza en la subida de la siniestralidad laboral al situarse como la segunda provincia andaluza donde mas aumentaron los accidentes en el tajo, solo superada por Huelva.
Según datos oficiales se contabilizaron 16.200 accidentes, un 7,33% más que en el 2006, cuando la media andaluza ha quedado en un 1,09%. Los accidentes mortales pasaron de 15 en el 2006 a 14 en el 2007, este dato no contrasta con los ofrecidos por la Junta de Andalucía que los sitúa en 9 trabajadores muertos, ya que no tiene en cuenta el ultimo fallecido en las obras del pantano de la Breña II, así como 4 accidentes in itinere (muertes en la ida y venida al los tajos). Solo en diciembre hubo 2 muertos, una mujer en Ribero de Posadas, y un joven en las obras del embalse de la Breña II, de los 14 trabajadore/as muertos, 4 son del sector servicios, 4 de la construcción, 2 del campo y los 4 restantes in itinere.
Todos los siniestros aumentaron en la provincia con respecto al año anterior, tanto los leves como los graves, destacando que en todos los sectores hubo subidas, el sector servicios con 5.544 contabilizo el mayor numero 7,73%, en la industria hubo 4.353 un 6,59%, en la construcción 4.799 un 4,3%, pero donde se batieron todos los record fue en el campo que este ultimo año con 1.504 accidentes en el tajo aumentaron un 19,08% con respecto al 2006.
Estas cifras oficiales, que a pesar de ser vergonzosas y escalofriantes, no concuerdan con la realidad y estamos seguros de que en muchos casos son aun mas altas, y por supuesto hay unos responsables de estos atentados contra la clase trabajadora, por un lado los empresarios auténticos terroristas que solo miran el enriquecimiento rápido importándole muy poco la vida de los trabajadore/as, imponiendo jornadas abusivas de trabajo, contrataciones precarias y sin que haya una sola empresa que cumpla las normas de seguridad y salud en el trabajo. Por otro lado las administraciones tanto autonómicas, provinciales y locales, donde para ellos la vida de un obrero/a es un numero como demostró el consejero de empleo de la Junta en sus declaraciones después del accidente mortal que costo la vida a un compañero en la Breña II, y no lo califico de accidente laboral al producirse en un sábado , porque según el convenio de la construcción el sábado es día inhábil de trabajo, y por ultimo los sindicatos CC OO y UGT que cada vez que hay un siniestro mortal se posicionan a favor de la patronal e intentan justificar el accidente con declaraciones como la del secretario provincial de la construcción en Córdoba Andrés Pozuelo después de la muerte del obrero en el pantano de la Breña II donde dijo “en la obra se cumplían todas las medidas de seguridad, y no había línea de vida porque por las características de la obra no se podían poner al ser un hormigonaje escalonado”, cosa que desmintieron los trabajadores posteriormente. O las declaraciones del responsable de la UGT después del primer muerto en el 2008 en la Central Térmica de Punte Nuevo al ser golpeado en la cabeza por un grua“ha sido autentica mala suerte pues nos consta que esta empresa es muy respetuosa con las medidas de seguridad”, mentira, después de consultar con varios trabajadores nos confirmaron que la grúa estaba apoyada en un tubo.
Esta situación es insostenible e inaguantable donde a todos estos individuos, no les importa para nada la muerte y el sufrimiento de las familias obreras, y parece que morir en el puesto de trabajo es una cosa normal y que no tiene solución.
Nuestro Sindicato no podemos ni debemos aguantar más esta situación y por obligación debemos pasar a la lucha.

Dirección provincial de Córdoba del SOC – SAT Plaza de los Positos s/n 14730 Posadas (Córdoba)

Un tal Vladimir Ulianov 1: Introducción

Uno no sabe que es peor, la denigración sistemática o la exaltación casi religiosa. Cierto es que los denigradores se sitúan normalmente a la derecha (aunque también los hay de izquierdas), pero en muchos casos, la exaltación ha servido para acometer barbaridades sin cuento en su nombre. Estamos hablando de Lenin, paradigma de la revolución en el siglo XX.

No resulta sencillo hablar de Vladimir Illich Ulianov, mucho más conocido como Lenin, de una manera “objetiva”. Pero podemos empezar asegurando que no fue dios pero tampoco el diablo. También podemos decir que se le ha considerado como "el personaje más influyente del siglo XX", lo cual es verdad si lo vemos desde el activo revolucionario. Pero la revolución en su conjunto, fracasó. Por lo tanto, quizás fueron más influyentes los contrarrevolucionarios mal nos pese, Hitler por ejemplo, e incluso Stalin que en no poca medida facilitó el ascenso de éste haciendo que los comunistas alemanes se suicidaran (y de paso, todo el movimiento obrero germano), al anteponer la lucha contra la socialdemocracia (=socialfascismo) a la que les obligaba a hacerlo con todos sus medios contra los nazis. El ascenso del nazismo no fue menos influyente en el curso del siglo que la revolución de Octubre, su mayor negación.

Uno de los dogmas de la restauración conservadora es que “Lenin tuvo la culpa”. Éste dogma acabaría siendo aceptado por la socialdemocracia, y pasaría a ser de obligado cumplimiento en el único diario de izquierdas del Estado, El País. A partir de mediados los años ochenta, este diario a través de sus editoriales y de las tribunas de sus firmas más reconocidas (en su mayoría de antiguos “radicales” o comunistas como Javier Pradera, Antonio Elorza, Santos Juliá, Cullá, etc), certificaba una y otra vez el axioma según el cual no existían diferencias entre Lenin y Stalin, y por lo tanto era equiparable a otros tiranos en nombre del socialismo, y por lo mismo con los grandes genocidas como Hitler. Curiosamente, en esta lista que se repetía con bastante alegría no aparecían personajes como Kissinger o Nixon, ni tan siquiera Franco. Franco no estaba catalogado como “totalitario” sino como “autoritario”, y así lo afirmó el mismo Felipe González. Este matiz era importante tanto para evitar fricciones “innecesarias” con la derecha, y claro está, también con los norteamericanos. Como es sabido, Felipe prefería antes morir en Nueva York que en Moscú. Supongo que en el primer caso se goza de recomendación celestial.

En esta nueva catalogación que gozaba de la ventaja de estar incluida en el ABC del pensamiento único, a Lenin se le atribuía la “ideología” que había dado lugar al estalinismo; un criterio totalmente coincidente con el estalinismo, recordemos que en uno de los peldaños del ascenso de Stalin constaba que era “El Lenin de hoy”, esto además de ser codificador del “marxismo-leninismo”, en base al cual se establecía la escolástica infalible de la continuidad desde la jefatura de un Estado que había nacido como representante de los soviets y que había acabado en todo el poder para el secretario general. También se le habían encontrado diversas miserias menores (por ejemplo se decía que se hizo revolucionario para vengar a su hermano), pero sobre todo se estableció que la prueba “definitiva” –el “pecado original” según el que había sido Evgeni Evtuchenko estribaba en los documentos que se habían encontrado, y que daban noticias de una actitud despiadada durante el curso de la guerra civil. No solamente dio su “enterado” al exterminio completo de la familia Romanov, incluyendo criaturas, también firmó notas de fusilamientos masivos de rehenes. “Por sí hacía falta”, escribía Santos Juliá, estos datos confirmaban dicha continuidad.

En medio de semejante campaña de denigración no había mucho más que hablar, y durante años Lenin fue tasado como culpable sin la menor posibilidad de defensa y de debate. Parecía que no había más que hablar. Argumentar por ejemplos sobre lo que había sido la “Gran Guerra” (un evento que se atribuía sin más a los “nacionalismos”, los siguientes enemigos, sobre todo si eran sin Estado o sea “resistentes”), sobre el fracaso de un “Gobierno provisional” incapaz de poner fin a una guerra que por abajo nadie quería, sobre las ilusiones auténticas del proyecto revolucionario con su flamante Constitución que garantizaba todas las libertades…No había tampoco nada que hablar sobre una guerra civil promovida por las potencias democráticas a la que no les importaba ni mucho menos instaurar una dictadura militar…Desaparecía toda la biografía concreta, sus debates y sus escritos, todo lo que había “seducido” a tantos otros personajes del siglo, a buena parte de la intelectualidad mundial, toda ella al parecer “ingenua”. El método implicaba un reverso que consistía en negar o al menos diluir los océanos de sangre producidos por la burguesía y la reacción: el colonialismo, las guerras, su apoyo a los fascismos…De esta manera, un personaje como Wiston Churchill que había apoyado inicialmente a Mussolini, a Hitler y también a Franco, era limpiado de cualquier “pecado original” y se erigía como el personaje histórico más admirado de la Europa de finales del siglo XX.

Sin embargo, los méritos de Lenin eran muchos para tirarlos a la basura. Era un admirador y en buena parte heredero de la tradición democrática y socialista rusa, y en particular del “padre del marxismo” en el país: George Plejanov. Su formación marxista se manifestó en un primer libro, El desarrollo del capitalismo en Rusia, que suponía el análisis exhaustivo de cómo económicamente Rusia había entrado en el capitalismo y dejado atrás su fase “feudal”, y como este sistema de producción se estaba imponiendo incluso en el agro, la gran reserva de la alternativa social populista que hasta había hecho dudar a Marx. Su obra se ha traducido a casi todos los idiomas conocidos. Se me dirá que esto era una derivación del peso de la URSS. Pues la verdad es que si hubiera sido así, igual habría ocurrido con los escritos de Stalin, pero estos siempre fueron publicados por el partido afín, y entre nosotros por una editorial de la ORT, y esto justo poco antes de su crisis final. Recuerdo como en la época en que estuve en Francia (1968-1971), Lenin era copiosamente editado por las editoriales totalmente ajenas al PCF, buena parte de ellas de mayor prestigio. Aparecían toda clase de estudios leninianos, y algo parecido sucedió aquí desde mediado los años setenta hasta el final de la década. Una colección de títulos suyos fue minuciosamente preparada por Fernando Claudin. Akal por ejemplo se metió en la empresa de sus obras completas, aunque creo que las tuvo que dejar. En castellano fueron editadas por Cartago. Durante la II República, también ampliamente editado.

No se editaban solamente sus títulos más conocidos como lo pueden ser ¿Qué hacer?, o El imperialismo, fase suprema del capitalismo, también aparecían toda clase de recopilaciones, sobre la cuestión nacional, sobre el arte y la cultura, la emancipación de la mujer, el internacionalismo, la prensa obrera, etcétera. En la mayoría de caso se beneficiaban de las traducciones de los años treinta (por ejemplo, Fontamara editó su Correspondencia que había sido traducida del ruso por Andreu Nin), pero no es menos cierto que en la mayoría de ocasiones se trataba de varias ediciones. A esto hay que añadirle las numerosas biografías (entre ellas la que Paco Fernández Buey realizó para la colección Conocer a…de Dopesa), amén de aportaciones clásicas como las de Trotsky, Máximo Gorki (la censurada por el estalinismo y la original), Clara Zetkin, Bujarin, y por supuesto los diversos “tratados” estalinianos: Principios, Fundamentos, Cuestiones, en su mayor parte en Akal, por entonces bastante relacionada con el PTE. En este tiempo, como lo fue en la República, la izquierda en su casi totalidad hablaba con respeto de Lenin, por más que le pudiera criticar tal o cual aspecto. Esto último fue evidente en las escuelas anarquistas y consejistas, aunque poca gente sabe que estos últimos habían sido más “leninistas que Lenin”, y que éste escribió El izquierdismo, la enfermedad infantil del comunismo, contra el leninismo precipitado del primer período de la Internacional Comunista, tan cabalmente representado por el Lukács del Lenin. La coherencia de un pensamiento, y de Historia y conciencia de clase, dos obras por lo demás impresionantes al margen del subjetivismo acentuado tan propio de una fase en que la todo indicaba que se podía reproducir Octubre….

Pero aparte del teórico marxista, Lenin fue el padre del “instrumento” central de la revolución de Octubre, del bolchevismo ruso y como tal fue a principios del siglo XX una personalidad muy reconocida en el seno de la II Internacional, donde se alineó con la izquierda que identificaba sobre todo con Karl Kautsky. Igualmente sería uno de los animadores de la conferencia internacionalista de Zimmervald, del socialismo que se opuso frontalmente a la “Gran Guerra” y denunció el “socialpatriotismo”…Su leyenda alcanzó su punto más álgido con su viaje a la Estación de Finlandia donde pronunció uno de los discursos más trascendente de la historia, marcando que, dado el fracaso del gobierno provisional, la única alternativa que le quedaba a la revolución era comenzar la revolución socialista internacional…En esta fase que culmina en Octubre, la actividad de Lenin fue impresionante tanto por arriba como por abajo. El escritor eserista Víctor Shklovski Viaje sentimental por la revolución, daba cuenta de los problemas que tenían los bolcheviques en una de las principales empresas de mayoría menchevique. Durante unos días Lenin fue siguiendo el curso de las asambleas, y cuando consiguió que le permitieran intervenir, cambió la correlación de fuerzas.

El mismo personaje que en vísperas de la revolución confiaba a unos estudiantes que posiblemente su generación no llegara a conocer la revolución, pasó a ser en un salto realmente vertiginoso el dirigente de la revolución de Octubre y del nuevo "Estado obrero" concebido como un prólogo a la revolución mundial, como expresión de la ruptura del “eslabón más débil de la cadena imperialista”, Como tal son inmortales algunas de sus medidas como la del control obrero, o la del derecho a las nacionalidades expresadas a través de un comisario llamado Stalin al que nadie conocía por entonces. Como cofundador de la Internacional Comunista, Lenin fue junto con Trotsky el defensor de las tesis sobre la política de frente único en oposición contra el optimismo revolucionario de los primeros años. Sus escritos en este terreno son de una densidad teórica impresionante, y poca gente sabe que fue muy duro contra los se inclinaban ante lo que decía el partido ruso, tanto fue así que defendió que la sede de la Internacional se trasladara a Berlín. el teórico jefe de Estado que se sobrepone a una guerra pavorosa, crítico de la burocracia, amargo adversario de Stalin antes de su muerte, patéticamente autocrítico al final de su existencia. Es la época que Moshe Lewin llama la de “último combate de Lenin”.

A pesar de la resistencia de su compañera, Lenin fue convertido post-mortem en el Supremo Hacedor de una nueva religión del Estado de cual Stalin sería el principal oficiante como lo demuestra su discurso ante su féretro. Desde este momento, Lenin resultaría desfigurado hasta lo indecible. Yo lo era -por supuesto- por parte de los ideólogos reaccionarios, capaces de amputarle toda clase de perversiones, atendiendo al estereotipo del revolucionario fanático y sin escrúpulos que hemos vistos en tantas películas. Pero con eso ya se contaba, como ha ocurrido tantas otras veces (y el cristianismo podría ser un buen ejemplo), lo será especialmente dentro. Como sí se tratara de una monarquía, Stalin pasó a ser “El Lenin de hoy”, y luego su único intérprete. Ya no había que leer, estudiar, debatir, equivocarse, no había lugar para nada de eso. El atraso secular, la suma de desastres (guerras), el aislamiento internacional, el peso de la antigua cultural funcionarial y de respeto a la jerarquía del Estado, los fracasos de otras revoluciones, las propias debilidades y contradicciones del bolchevismo muy dado al culto al “aparato”, todo ello se condensó en el surgimiento de una burocracia que encontró su mentor ideal en Stalin.

Después de la caída (del Muro de Berlín y de otros muros, todo ello sin ninguna reacción social digna de mención), Lenin siguió siendo una leyenda revolucionaria respetada por los de abajo. Recuerdo haber oído muchas veces la expresión “Aquí lo hace falta es un Lenin”, algo que, por supuesto, no se improvisa. Lenin no fue un hombre providencial, sino el producto de unas luchas, de unas circunstancias. Su legado tampoco es el propio de un mandato bíblico, y decir Lenin dijo, requiere sabe cuando, como ante, y que significa lo que dijo. No surgió de la nada, se hizo en diversas fases, y desde luego, no estuvo solo. Fue el primero entre iguales, y polemizó sobre todo con los suyos. El mismo que denostó a Trotsky (sobre todo entre 1907 y 1912, cuando don León trataba de “unificar” a los socialdemócratas), escribió numerosos elogios hacia Karl Kautsky, y lo citaba como una autoridad.

Como todo gigante de la historia y del pensamiento, Lenin tiene que ser estudiado cuidadosamente. Su época no es la nuestra, pero es que además, el mejor Lenin es el que sigue el estallido de la “Gran Guerra”, que se esfuerza por crear una alternativa a la socialdemocracia a la que había pertenecido. Es el Lenin lector de los “Cuadernos de Hegel”, el de la dialéctica revolucionaria que entiende que todo lo que no avanza, retrocede. Que insiste en la cita de Goethe según la cual el árbol de la vida es vede y el de la teoría es gris, y que por lo tanto hay que renovar constantemente los presupuestos analíticos si se quiere “aprehender” una verdad en movimiento. De hecho, la moda denigratoria no deja de representar un homenaje involuntario, y es que sí Lenin no fuese un potencial tan peligroso, ¿a qué perder tanto tiempo en denigrarlo?.

Recordemos que transcurrieron dos siglos para que los historiadores restituyeran el lugar histórico que le correspondía a Cromwell, y no hablemos de Robespierre y Saint-Just, de nuevos enterrados a finales del siglo XX, culpables de resultar los antecesores del Gulag.

Todas las personas "Tenemos Derecho a Tener Derechos"

Jornada Estatal de Lucha por los Derechos de los Migrantes “Tenemos Derecho a Tener Derechos”

MANIFESTACION SABADO 23 DE FEBRERO - SEVILLA

- REGULARIZACION Inmediata de todas las personas migrantes y Garantías para una Residencia estable y la vida en Familia.

- CESE DE LA REPRESION contra la población migrante y Garantías frente al abuso policial y la discriminación xenófoba.

- IGUALDAD PLENA DE DERECHOS para tod@s l@s migrantes.

MANIFIESTO

En el Estado Español la población migrada se encuentra sometida a una serie de normas legales diferentes a las del resto de la ciudadanía. La Ley de Extranjería y el conjunto de normas especiales para personas extranjeras contenidas en otras leyes, niegan o recortan los derechos y someten a un trato discriminatorio a las personas en función de su origen nacional. Discriminación especialmente grave hacia quienes se encuentran en situación irregular. Con ello desde el poder se convierte a las personas migradas en inferiores en el plano jurídico y social, permitiendo y fomentando su explotación laboral.
Mientras las condiciones de vida de los ciudadanos migrantes son cada vez más difíciles, las administraciones siguen primando la inversión en políticas de control frente a la inversión destinada a gasto social. Desde la aprobación de la primera Ley de Extranjería en 1.985, han establecido requisitos cada vez más difíciles, en ocasiones imposibles de cumplir, para establecerse legalmente en España. Los cambios legislativos han implantado normativas dirigidas a evitar la entrada y a dificultar la permanencia de las personas migrantes, tanto a través de la privación de derechos como a través del acoso policial al que son sometidas: controles de documentación discriminatorios, detenciones arbitrarias, internamiento y expulsiones en condiciones que vulneran los tratados Internacionales suscritos por España en materia de asilo y Derechos Humanos.

La Administración y los partidos políticos continúan alimentando los discursos que tratan la inmigración y a los inmigrantes como mano de obra barata, o incluso como “un problema”. Se trata al inmigrante como enemigo peligroso, probable terrorista, invasor,… y de esta forma se provoca en el conjunto de la ciudadanía el miedo y la inseguridad para justificar políticas represivas de control social que aseguren una población dócil y sumisa. Este racismo institucional, contribuye a desarrollar el racismo social y fomenta la marginación de la población migrada en el plano social, laboral, educativo, de vivienda, etc.

En este sentido, el Estado Español no es una excepción dentro de Europa. Las políticas migratorias de la UE, tratan de promocionar las migraciones regulares y temporales, subordinadas a las necesidades del mercado de trabajo europeo, demostrando una concepción puramente utilitarista e instrumental de la inmigración, a la vez que se centran en luchar contra la inmigración “ilegal”. Se olvida así las profundas desigualdades económicas, injusticias sociales, hambrunas y guerras que son el origen de los actuales procesos migratorios. Se niega así a millones de personas el derecho humano elemental de buscar una vida digna independientemente del lugar de su nacimiento.

Esta política degrada y envilece al conjunto de la sociedad. Por ello, desde la convicción racional y ética de la universalidad de los derechos humanos y la igualdad de todas las personas, las, organizaciones y personas que suscribimos este escrito exigimos la adopción de

12 Medidas Urgentes por la Dignidad de los-as migrantes

a) REGULARIZACION INMEDIATA DE TODAS LAS PERSONAS MIGRANTES y GARANTIAS A LA RESIDENCIA Y VIDA EN FAMILIA

1.- Apertura de un nuevo Proceso de Regularización que garantice el permiso de residencia y trabajo para todas las personas migrantes "sin papeles" que habitan en el territorio español, sin condicionarlo a la existencia de un contrato de trabajo previo.

2.- Adaptación a la realidad de los requisitos para acogerse al arraigo social:
- reducción a un año el tiempo de estancia exigido.
- concesión del arraigo a quien tenga una orden de expulsión por causas administrativas.
- eliminación del requisito de poseer un contrato de trabajo si se acredita oferta de empleo de seis meses, haber ejercido actividad laboral o poseer medios de vida suficientes.
- eliminación de requisitos de imposible cumplimiento (como, por ejemplo, el certificado de penales de nacionales de países sin embajada en España).

3.- Otorgamiento del arraigo laboral a toda persona que por cualquier medio de prueba válido en derecho, acredite la existencia de una o varias relaciones laborales que sumen un periodo igual o superior a seis meses.

4.- Flexibilización de los requisitos para la tramitación de la reagrupación familiar en relación a las condiciones económicas y de vivienda, adaptándolos a la realidad de mercado laboral y de vivienda en España y garantizando ante todo el derecho fundamental de vivir en familia. Reconocimiento a los familiares reagrupados del derecho a trabajar.

5.- Paralización de las políticas de contratación en origen de trabajador@s temporer@s, y creación de comisiones independientes de investigación y control del cumplimiento de los derechos laborales y sociales hasta que esto suceda.

6.- Aumento significativo de los recursos para garantizar el acceso a la información y una respuesta ágil y eficaz a los trámites administrativos que afectan a los inmigrantes (arraigo, renovación, homologación de títulos, etc.), así como garantizar una asistencia real y efectiva de los letrados del turno de oficio cuando así corresponda.

b) CESE DE LA REPRESION que sufre la población migrante y GARANTIAS FRENTE AL ABUSO POLICIAL Y LA DISCRIMINACION XENOFOBA.

7.- Cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros. Creación de comisiones independientes de investigación y seguimiento (formada por organizaciones en defensa de los Derechos Humanos) hasta su cierre definitivo.

8.- Derogación del Protocolo de actuación aprobado en Septiembre de 2.007 para las repatriaciones y el traslado de detenidos por vía aérea y/o marítima.

9.- Paralización inmediata de toda actuación arbitraria en relación a los controles de documentación, las detenciones, el secuestro de pasaportes y las expulsiones que sufre la población inmigrante, especialmente en el caso de los menores de edad. Prohibición de iniciar expedientes de expulsión a quien denuncie irregularidades laborales, abusos policiales o agresiones xenófobas, así como a las víctimas de la violencia de género o a quien sufra cualquier tipo de violación de sus derechos fundamentales.

10.- Retirada definitiva de la Proposición de Ley Orgánica de Medidas para la Lucha Contra la Inmigración Clandestina.

c) IGUALDAD PLENA DE DERECHOS para tod@s l@s migrantes

11.- Ratificación Inmediata del Tratado Internacional sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias, firmado en ONU en 1990. Cumplimiento inmediato y efectivo de los acuerdos internacionales suscritos por España es materia de asilo y derecho de los trabajadores inmigrantes.

12.- Garantizar el derecho de sufragio activo y pasivo para las personas inmigrantes, así como el ejercicio de todos los derechos laborales, sociales, civiles y culturales en pié de igualdad con las personas nativas. Garantía que exige la derogación de toda legislación discriminatoria actual y entre ella la Ley de Extranjería.

Revision del convenio del campo de Jaén 2007-2008

Aquí está la tabla salarial del convenio del campo de la provincia de Jáen, que un día de estos firmaran los que negociaron el convenio, la subida a sido del 4,3% (que es la suma del IPC al mes de septiembre de 2007 de la provincia de Jaén el 2,8% + el 1,5% que tenian pactado en convenio.

Para bajarte los documentos en pdf copia y pega esta dirección: http://www.sindicatoandaluz.org/?q=node/108

Un saludo desde Jódar, Jaén.

Nuevos topes para el Subsidio y la renta agraria en 2008

Aquí están los calculos que hemos hecho desde Jódar, Jaén con los nuevos topes para el subsidio agrario y la renta agraria, tras la miserable subida que el gobierno de ZP del IPREM y del SMI, se habla quedado descansando el probre con tanto exfuerzo.

Un saludo desde Jódar, Jaén.

pincha en el enlace para bajarte documento pdf: http://www.sindicatoandaluz.org/files/RENTA%20%20Y%20SUBSIDIO%20AGRARIO%20%202008%20PDF.pdf

pincha aquí para bajarte otros documentos relativos:

http://www.sindicatoandaluz.org/?q=node/176 (copia y pega)

La cuestión comunista. Una introducción desde aquí

Aunque ahora pueda parecer mentira, lo cierto es la URSS e incluso la revolución de Octubre comenzaron a tener “buena prensa” coincidiendo con su cincuenta aniversario un poco en todas partes y el Estado Español no fue una excepción, al menos en la prensa “no adicta”. Su influjo aparecía un poco por todas partes. Había llegado un momento en el que el discurso anticomunista más soez (el representado por películas españolas como El canto del gallo, Murió hace 15 años, ambas escritas por Vicente Escrivá, dirigidas por Rafael Gil, y protagonizada por un joven Francisco Rabal que ya era del “partido”) suscitaba ironía, sobre todo entre los jóvenes, y recuerdo grandes risotadas al respecto. Por entonces se estrenaban las primeras películas soviéticas, entre ellas la extraordinaria versión de Don Quijote de Gregori Kozintev (1963), la misma cuya belleza formal y de ambientación nos redescubría la existencia de un enorme artista exiliado: Alberto Sánchez. Poco a poco las descalificaciones franquistas se fueron haciendo cada vez más hueras y era ya un clamor el rechazo y el regodeo de los estereotipados comunistas de tantas películas norteamericana como !Que vienen los rusos, Qué vienen los rusos¡ (1966, Norman Jewison), que se burlaba de este anticomunismo y que resultó un éxito de público considerable y no precisamente por ser buena.



Este ambiente era perceptible en el estreno de la película Doctor Zhivago (1965), que todavía fue presidido por la mujer del dictador con un pretexto benéfico, sin embargo, los espectadores del famoso filme de David Lean, aparte de poder escuchar La Internacional (y a tararearla como en Amarcord de Fellini) pudieron deducir que, a pesar de todos los avatares sufridos por la pareja protagonista por conflictos revolucionarios que le quedaban ajenos, el personaje de Evgraf (Alec Guinnes) señalaba claramente que la revolución había logrado cuando menos sus objetivos de desarrollo industrial al más alto nivel, y el sacrificio de los Zhivago y de su hija (Rita Tushigan), no había sido en vano, la URSS era la otra gran potencia y competía con los EE. UU en la carrera del espacio y en la influencia internacional. No muchos años después, hasta el siniestro Arias Navarro, tratando de justificar el carácter "incuestionable" del régimen del 18 de julio, para explicar su argumento que "solo se reforma lo que se quiere mantener", Arias echó mano a la historia de otros sistemas que se atenía a este principio, y citó “la famosa revolución de octubre de 1917”, junto con la revolución norteamericana de 1776, la francesa de 1789 como legitimidades equiparables a la del “los principios del 18 de julio”. Al tipo nos les importaba que todas ellas resultaran, justamente, su negación (combinada).

Seguramente ninguna otra revista reflejó mejor que Triunfo el cambio en el ambiente ante lo que Enrico Berlingüer llamaría “la cuestión comunista” (título de un libro de Fontamara). En este cambio de perspectiva, la Revolución de 1917 tenía, como lo había tenido en sus primeros años, como lo tuvo durante la IIº República, un sentido incuestionable positivo. Se la podía juzgar al pie de la letra, como insuficiente, errónea en tal o cual extremo, deformada y hasta traicionada (León Trotsky), pero por lo general, nadie desde la izquierda dudaba que había significado un paso de gigante para la historia; esto es evidente por ejemplo en las declaraciones de Felipe González y de Tierno Galván en el libro de entrevistas, Los partidos marxistas, que publicó Anagrama en 1977. No obstante, el 68 fue un año crucial, y todo cobró un sesgo mucho más crítico, sobre todo en las juventudes estudiantiles, pero también la obrera emergente. Ni tan siquiera un viejo zorro estaliniano como Santiago Carrillo se atrevió por entonces a justificar plenamente la actuación del Partido Comunista francés (PCF) durante las jornadas del mayo del 68, actuación que el ministro André Malraux definió como “la última barricada” del sistema en una conversación con José Bergamín. Y ni tan siquiera Dolores Ibarruri que no había dicho ni media palabra al respecto hasta el momento, quiso callar ante la invasión de los tanques rusos para aplastar la “primavera de Praga”, la promesa de un “socialismo con rostro humano” en Checoslovaquia. Los más críticos preguntábamos como podía haber un socialismo que no tuviese “rostro humano”.

La creencia de que tanto los países llamados socialistas como los partidos comunistas únicamente merecían ser apoyados en la medida en que fueran capaces de transformarse. Los activistas contra el franquismo parecíamos por lo general, todos muy de izquierdas, pero también era cierto que en cuanto a las alternativas una mayoría sentía mayor afinidad con las formas de vida de las democracias suecas o alemanas que por las del “socialismo” como el del Este. Los que habían estado allí volvían claramente decepcionados, la policía estaba por todas partes. Pero teníamos la alegría cubana con todos los problemas del mundo, amén de los movimientos guerrilleros y de resistencia en todo el llamado “Tercer Mundo”, amén de los “países no alineados”, con personalidades como Tito y Cristo como avanzada. Había que debatir sobre todo esto, y sobre todo cada tema comenzaba a publicarse toda clase de libros. Hasta de un tema tan lejano como el del “modo de producción asiático” –el mismo que destrozaba las esquemáticas etapas consagradas por el estalinismo para sus conveniencias- era posible encontrar dos o tres aportaciones importantes.

En ellos, la revolución de Octubre seguía siendo una medida central para el socialismo como la francesa de 1789 lo era para la lucha por la democracia. Cualquier propuesta alternativa tenía que hacer las cuentas con Octubre y todo lo que vino después para afirmarse, y todas las internacionales se legitimaban con una posición sobre este acontecimiento. Se trataba pues, de ir más allá en un sentido u otro, pero lo que nadie tenía en mente era restauración, de un “antes” que a nadie se le ocurría fuera mejor. La derecha simplemente lamentaba que Kornilov o Kolchack no hubieran entrado con sus tropas en Petrogrado y Moscú, y se dedicaba a añadir informaciones que parecían tan desmesuradas, que pasaba como con las películas. La gente inquieta se negaba a creerlas. Otra cosa eran los libros como los de Deutscher o los trabajos sobre disidencias diversas publicados en Triunfo o Cuadernos para el Diálogo.

Este sentimiento digamos “constructivo” comenzó a cambiar en los ochenta con la consolidación de la reforma pactada. Después de una cierta transición que se prolongó hasta la segunda mitad de la década, al final de ésta, sobre todo después del ascenso de Yeltsin, las grandes revistas daban la medida de la buena nueva. En un lujoso “dossier” aparecido en el Dominical de El País, con el título de “La revolución en el Este”, se certificaba en la presentación: “El comunismo, el llamado socialismo real, la revolución iniciada en 1917, ha llegado al final del trayecto”.

En este sentimiento el concepto "Gulag" se erigió como el canon para medir todo el ideario revolucionario llevando la estela de Stalin hasta Lenin, e incluso hasta Marx. Aunque no se detuvo aquí asimilación, y las sentencias de culpabilidad llegaron a veces hasta el desequilibrio del intransigente monje Savonarola o a Thomas Münzer; evidentemente, la reforma y la revolución también sabían de excesos y barbaridades. Uno de los "teóricos" de la dictadura militar argentina llegó hasta la “República” de Platón vía Santo Tomás de Aquino. Por su parte, el propio Alexandr Soljenitsin bajaba el listón hasta el Renacimiento que había vuelto su mirada hacia Grecia. Llegábamos a un tiempo en que algunas de los grandes ideales surgidos de la Ilustración –el socialismo entre ellos- comenzaron a ser catalogados como “anacrónicos” en un pensamiento dominante que se reconciliaba con liturgias oscurantistas, como el Babitt, el personaje de la gran novela de Sinclair Lewis, tan ilustrativa de la mentalidad dual –moderna tecnológicamente, medieval socialmente- de la burguesía y de las clases medias de los Estados Unidos.

En la medida en que el “socialismo real” se desprestigiaba, nos fue llegando un pétreo viento de contrarreforma y de contrarrevolución llamada “neoliberal”. El Bicentenario (1989) de la revolución francesa fue testimonio de la crudeza de una nueva cruzada anticomunista. La toma de la Bastilla tuvo que defenderse de la acusación de resultar un mero antecesor del "Gulag", y por todas partes aparecían sesudas prédicas sobre el destino aciago de toda revolución que, aunque en un principio sueña cambiarlo todo, al final acaba siendo una pesadilla. De esta manera, Octubre que pasaba también de ser una de las banderas de la modernidad, el complemento o culminación de las revoluciones burguesas, se convertía en el centro de una furiosa campaña denigración, en no pocos casos cubierta por antiguos estalinistas “arrepentidos”. No otra cosa han sido François Furet y algunos de los autores del “Libro Negro”.

La otra cara de la misma moneda era la de de la exculpación del capitalismo. No había alternativas a la democracia liberal, y desde una experiencia totalitaria se pasaba a culpar a toda una ideología, la revolucionaria. Incluso los sindicatos eran suspectos de “dictatoriales”, y los thatcherianos como Vargas Llosa decía que querían imponer de “dictadura” en un lugar tan libre como las empresas en las que el los dueños pueden llegar a actuar como monarcas absolutos.

Jean-François Revel –cuyos libros aparecían en las manos de los ejecutivos y de los políticos conservadores- advertía que Ni Marx ni Jesús, y desde periódicos como Le Figaro, los tribunalistas advertían contra los peligros de la caridad, un argumento que los neoliberales norteamericanos hacían valer contra las ayudas a las familias pobres, y contra la “discriminación positiva” favor de los excluidos, ya que, resultaba contraproducente, haciendo que los pobres subestimaran la necesidad de resultar competitivos. Ahora resultaba que las ideas radicales heredadas de la Ilustración resultaban anacrónicas, mientras que los mitos religiosos más postizos eran reconocidos, así por ejemplo por las mismas fechas una editorial de El País se decía que no había nada que salvar de la herencia de Octubre, en otro se daba (en una editorial) por “verdadero” el Milagro de Fátima; y no se decía nada cuando Wotyla aparecía sonriente en un cumpleaños de Pinochet, o de la mano de Napoleón Duarte y de D´Arbuisson en el Salvador. Gestos que no parecían ni pecados veniales.

Antiguos excomunistas como Antonio Elorza, incluían no ya a Stalin, sino también a Lenin. en la lista de grandes genocidas (en la que se excluían los “demócratas” como Kissinger o Nixon). Hasta la socialdemocracia convertida al neoliberalismo, pagaba su peaje, abominando Octubre como embrión del totalitarismo, y trasladando todo su “socialismo” a los museos con el “hacha y la rueca”, precisamente donde diría Engels que acabarían algunos de los “totems” del capitalismo, y toda la historia de un ideal democrático e igualitario quedaba reducido según Bettino Craxi “a lo que hacían los socialistas”. Si es lo que hacía Craxi era forrarse mientras que escribía artículos (como uno aparecido en la revista Sistema, afín al PSOE) anteponiendo el “socialismo libertario” de Proudhom al “socialismo totalitario” de…Lenin. Por cierto, saben el chiste italiano sobre cuando el amigo de Felipe fue a visitar a China, y le dijeron que había doscientos millones de “socialistas”. Entonces el preguntó, “Pues si son socialistas, ¿a quien roban?.

….Si todo comenzó con la revolución de Octubre, había que “cargarse” y entonces se comenzó a dictaminar que se había tratado de un “golpe de Estado”.

Como se ha dicho tantas veces, al liderar este proceso, los bolcheviques no solamente fueron discutidos por todas las demás corrientes socialistas, también vivió un profundo debate interno. Algo que cabe suponer como natural, no en vano la revolución es un acontecimiento que se aproxima a la máxima evangélica según la cual “los últimos serán los primeros”, y al darse esta traslación, hasta los reductos más atrasados del pueblo llano habla todo lo que nunca antes ha hablado. De ahí que en la vasta panorámica de títulos publicados sobre 1917, escasean las versiones de la derecha monárquica, a nadie se le ha ocurrido publicar las cartas o el diario de Nicolás III, cuyo talento no era superior al de cualquier mediocre oligarca o terrateniente. Durante casi dos décadas, la autarquía se negó a la más mínima apertura democrática, es más deshizo todas las conquistadas en 1905, pero aún así no le han faltado abogados, las revistas llamadas “del corazón” (que es lo que menos tienen) no han perdido ocasión para publicitar el milagro del martirologio de los Romanov, e incluso hemos podido ver una “peli” norteamericana de dibujos animados, Anastasia, en la que explica la revolución de 1917 como una de las peores maldades de...Rasputín. Un detalle más sobre como llegaba la historia a los más pequeños.

De hecho, la corriente "revisionista" que da potencia al nuevo prozarismo viene ligado al fenómeno de Alexandre Soljenitsin, que había forjado anteriormente su fama literaria con novelas que se situaban en el espacio de los disidentes que consideraban que la revolución había sido traicionada, pero que se convertiría en el principal testigo de la acusación contra la revolución de Octubre con su nulamente rigurosa recopilación El Archipiélago Gulag, contra el que ya no valieron las aportaciones críticas por más minuciosa o rigurosa que pudieran ser, esto sucedía también porque desde la izquierda parecía que había caído uno de esos cansancios que no se curan durmiendo. Aparte de recoger y ampliar los numerosos testimonios sobre los campos de concentración, con su flamante Nobel, y con las alas que le daban los vientos predominantes en la época, al calor del testimonio de Soljenitsin se imponía una especie de “tabula rasa” en la que:

Primero, se atribuía al “debe” de la revolución todas las hecatombes de la época (de las que fue precisamente víctima) como la Gran Guerra, la guerra civil;

Segundo, se blanqueaba todo el horror de la autarquía, todas las responsabilidades del “patriotismo” ruso en los desastres de la Gran Guerra, las tentativas golpistas de Kornilov o Kolchack, la crueldad “blanca” en la guerra civil, o las implicaciones intervencionistas de las grandes potencias (por no hablar de las grandes represiones de las movilizaciones obreras y campesinas antes y después de 1917;

Tercero, se difuminaba las épocas, de manera que el “gran terror” que conllevó la contrarrevolución burocrática se confunde con la lucha a vida o muerte de la guerra civil, y pasaba por alto las condiciones en que se desarrolló la construcción del nuevo Estado; cuarto, englobaba revolución y contrarrevolución, víctimas y verdugos, ocultando que de hecho las principales víctimas del “Gulag” fueron los disidentes de izquierdas, y fueron los que escribieron el mayor número de testimonios, los que presionaron sobre Jruschev. Y los que crearon entidades como “Memorial” durante la “perestroika”…



Cabe recordar que entre nosotros, Soljenitsin era un personaje desprestigiado para la izquierda. Había tenido la desfachatez de aparecer en un programa de TVE del bigotudo Iñigo cuando todavía gobernaba Arias Navarro. El autor del impresionante Pabellón de cáncer declaró “No saben ustedes la suerte que tienen con Franco”. La reacción de los medias democráticos fue bastante airada, no hay más que repasar la prensa de la época –Cuadernos por ejemplo, y un escritor tan poco sospechoso de “criptocomunista” como Juan Benet publicó una réplica durísima. Era una época en la que nadie a la izquierda se cuestionaba que los EE.UU era la última potencia con legitimidad para hablar de los “Derechos humanos”. Esto que contra la dictadura resultaba un escándalo se convirtió en lo más razonable del mundo al “calor” del camino abierto con acontecimientos como los Pactos de la Moncloa (contra el movimiento obrero), el 23-F y el “abandono” obligado del referente del marxismo por parte del PSOE, principio de todos los demás abandonos .


Un papel nada desdeñable en lo que iba a resultar la institucionalización del axioma Gulag=Octubre lo tuvieron los llamados “nuevos filósofos” franceses como Bernard Henri-Levy y André Gluksman y otros, lanzados como el “último grito” del pensamiento moderno, y que tomaron Octubre y el comunismo como “piedra de toque” de unas argumentaciones que poco después serían repetidas por parte de nuestros intelectuales. Entre sus señas de identidad cabe anotar antiguas militancias maoístas, amén de un soporte editorial impresionante. También fueron los heraldos de los talibanes contra el régimen “leninista”, y a ellos se debe el empleo abusivo del término “afganos”, aplicado a todos los que no querían reducir Octubre a Stalin. Otro de sus objetivos fue el “destronamiento” de Sartre y del papel de los intelectuales comprometidos cuyo origen se remitía a la actuación de Emile Zola en el “affaire Dreyfus”. El anticomunista rumano (y genio del “teatro del absurdo”) Eugene Ionesco, llegó a declararse “comprometido contra los comprometidos”, aunque como no podía ser menos, se estaba hablando en realidad de otro compromiso, y por supuesto mucho más innoble.

Con este cambio de clima, hasta los también olvidados sovietólogos académicos conservadores como Robert Conquest, (El gran terror, Ed. Noguer, Barcelona, 1979), David Shub (Lenin, Ed. Alianza, Madrid, 1977) o Adam B. Ulam, entonces considerados como meros propagandistas ligados a la "guerra fría", y con los cuales autores como Deutscher o Carr ajustaron más de una vez las cuentas, llegaran a parecer como "centristas" ya que de alguna manera como “liberales” a la antigua usanza tendían a cultivar el precepto agustiniano del “justo punto medio”, tan típico en las producciones de Hollywood, y que hasta le sirvió a Fraga para buscar el suyo “entre Fuerza Nueva y Triunfo (llegó a decir como ministro de Arias Navarro).

Había llegado el momento de recuperar las tradiciones demonológicas, patentes El circulo del poder (The Inner circle, Andrei Konchalevsky, 1991, EE.UU), Stalin tenía las patas de diablo, algo que por cierto, ya había descubierto Arias Salgado, ministro de Franco, que aseguró que Stalin conectaba con el infierno mediante un pozo; como si todo el mundo del “padrecito de los pueblos” no nos remitiera ante todo a la herencia de las tradiciones ligadas al zarismo. Un esquema sobre el que no se excluían variaciones que partían de supuestos progresistas, por ejemplo del feminismo, un ángulo que ahora servía para convertir a Marx meramente en un señor que tenía a su mujer esclavizada, y que para colmo, había dejado embarazada a su criada, y como un vulgar reaccionario, no reconocer su hijo fuera del matrimonio...

Esto último sucedía en 1983, en pleno centenario de Marx. Este fue el enfoque primordial en diarios que antes tenían a bien dar cabida algún reputado marxologo. En el New York Times, el artículo en cuestión venía ilustrado por un dibujo en el que Marx era representado en cinta. No hay que decir que Marx fue humano, o que en su actitud no fue mucho más feminista que la de otros varones avanzados de su tiempo, y sin duda lo fue mucho más su amigo Engels que se hizo cargo de su embolado con la criada. Sobre este punto hay trabajos muy serios publicados por eminentes feministas, y no se trata de hacer de esto ninguna bandera. Es más, toca poner en su sitio las cosas, y como diría G.B. Shaw, él pudo hacer muchas cosas porque tuvo varias mujeres a su servicio. Marx tuvo a Jenny, ella cuidó de los niños, y en sus “ratos libres”, se dedicaba a pasar “en limpio” los manuscritos de Marx. Pero no hay la menor duda que len este enfoque mediático, el feminismo y la vindicación de Jenny no tenían la menor importancia. Se trataba de aniquilar el “icono”, como harían igualmente con Lenin encontrándole tal o cual “pecado original”. Una vez establecido, se trata de entrar a demoler, y mejor si en ello se encontraban plumas familiarizadas con el marxismo y/o el comunismo.

Y la verdad es que casi lo consiguieron, es más hubo un momento en que parecía que lo habían conseguido plenamente. Pero no fue así, y ahora el canon Soljenitsin está en franco descrédito, y los otros en retirada. Ahora se trata de recuperar el terreno, aunque –obviamente- para ello es necesario liberarse de nuestros propios horrores, que desgraciadamente existieron. Y nadie los padeció tanto como los revolucionarios, los comunistas que no se inclinaron ante nada, y que no renunciaron a tener un pensamiento propio. Porque para ellos ser comunista significaba, significa y significará siempre poner la verdad por encima de cualquier otra consideración.

¿Qué hacer?: el génesis del leninismo

Todo lo que no avanza, retrocede, decía Lenin. El árbol de la vida es gris mientras que el de la vida es verde, este era el Lenin lector de Hegel mientras se enfrentaba a los "leninistas" (Zinóviev, Kaménev, Stalin) cuando llegó a la Estación Finlandia, y se puso una camisa nueva: las Tesis de Abril. Un estudio sereno de ¿Qué hacer? (1) nos demuestra que resulta una tentativa de resolver una dificultad no menor: luchar con todas las consecuencias contra un Estado policíaco que no permite la creación de organizaciones socialistas estables, y crear un partido capaz de liderar algo tan descomunal como una revolución.

La mayor parte de los escritos de Lenin sobre el debate organizativo en la socialdemocracia rusa que le oponía a los mencheviques (con los que, empero, estaba de acuerdo en una oposición al "revisionismo" de Bernstein y sus acólitos rusos), se centran en el período 1900-1904, y dan lugar-particularmente- a dos obras, ¿Qué hacer? (1902) así como Un paso adelante, dos pasos atrás (1904). Se puede decir que en ambas Lenin que expresa una concepción teóricamente "centralista" del partido, lo que en su momento se entendió como un subrayado específico a la situación que el movimiento socialista vivía bajo el zarismo.

Algunos estudiosos además han tratado de explicar esta opción remitiéndose a las fuentes rusas del bolchevismo". Concretamente al maquiavelismo y al culto a los jefes propios de Netchaiev, así como al `sujetivismo'. de Pietr Lavrov, sin olvidar el jacobino-blanquismo de Tkatchev, entre otros. No hay duda que dichas tradiciones del siglo XIX ruso -sobre todo estructura conspirativa del grupo terrorista Narodnaia Volia ("la voluntad del pueblo") fueron en uno de los marcos socioculturales de las teorías desarrolladas en ¿Qué hacer?; no en vano, se inscribían bajo el mismo Estado policial. Es más, el propio Lenin lo reconoce. En algunos de sus escritos no oculta su admiración por el grupo Tierra y Libertad. Decía que se trataba de una 'magnífica organización" "que debería servirnos a todos de modelo".

Poca gente sabe que los herederos directos de estas corrientes, los socialrevolucionarios (o eseristas), aprobaron con fervor el centralismo de Lenin antes de 1905. Luego ?sobre todo desde el tratado de paz de Brest-Litovsk, ocasión en la que atentaron contra Lenin y Trotsky y asesinaron a dos comisarios del pueblo- se hicieron acérrimos antibolcheviques. De ahí, a aceptar estereotipos del calibre "Lenin igual Netchaiev", media un abismo. No conviene olvidar que las "fuentes" no explican gran cosa, sino que, por el contrario, piden ser explicadas. O dicho de otra manera, hay que demostrar por qué Lenin se inspiró, precisamente en el período 1901-1904, en los esquemas centralistas de los conspiradores rusos del siglo XIX, abocados a acelerar una crisis que no llegaba.

Al entrar en este terreno, no se puede obviar que, primero: estamos hablando del periodo anterior a revolución de 1905. Segundo, que las teorías leninistas se insertan en un contexto social muy concreto. Por aquel entonces, como había mostrado la tentativa de un primer congreso (en 1898), la socialdemocraciaera un grupo cerrado, y minoritario que comenzaba a plantear una alternativa de signo marxista a la mayoría populista. Era un cerebro con un cuerpo muy pequeño, y más que un movimiento social (como en Europa) estaba representada por unos cuantos círculos pequeños de "revolucionarios profesionales", que comenzaban a relacionarse con un incipiente movimiento de masas. Tampoco que dicho movimiento era más bien de tendencia "economicista"; trataba de vadear el enfrentamiento con el Estado No es otra cosa lo que expresaban las peticiones que defendían los manifestantes del "Domingo rojo" (rojo de sangre) de 1905. Además de disperso, la socialdemocracia era una corriente bastante dividida (por razones múltiples, había por ejemplo una socialdemocracia hebrea, el Bund)...

Esta situación de división y desorganización facilitaba la represión policíaca del régimen y, por lo mismo, la consiguiente, carácter restringido, "profesional" y no democrático de la organización. Además, el propio Lenin presenta las exigencias de la lucha clandestina como una de las principales justificaciones de sus tesis centralistas. Esta tesis son indisociables de la lucha de los marxistas contra la corriente "marxista legal" o "economicista" que, aceptaban la industrialización como un factor totalmente progresivo y tendían a reducir su marxismo a la lucha por las reformas. Consideraban que la dinámica económica hacía innecesaria la lucha revolucionaria. cuando se habla de tradeunionismo, Lenin no se refiere solamente al sindicalismo británico que era una realidad. Se refiere al culto de la ?espontaneidad sindicalista de las masas obreras por sus mejoras parciales, en oposición a su politizadas. Los economistas no solamente negaban la necesidad de un partido clandestino centralizado, también se cuestionaban el propio partido obrero. Años más tarde, Lenin anotará en más de una ocasión que sus tesis eran ante todo expresión de "una polémica contra el "economicismo". Fue una batalla ganada, pero inicialmente la situación era favorable a estos últimos.

Por otro lado, el fundamento teórico más general de las concepciones de Lenin sobre este punto radica en la macada distinción que establece entre dos formas de la conciencia de clase del proletariado. Distingue primero las formas "espontáneas" de dicha conciencia. Es la que surge orgánicamente de las primeras luchas motivadas por una reacción emocional -"expresión de la desesperación y de la venganza"-, a partir de la cual logra ulteriormente su pleno desarrollo en "una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar del gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc.". Este primer estadio constituye el nivel más alto que la conciencia que la clase obrera logra alcanzar por su propia experiencia. Se sitúa en el interior de una esfera limitada a las luchas económicas, a la protesta por las humillantes relaciones obreros-patronos. Normalmente, cuando dicha conciencia adquiere expresión político, se sitúa preferentemente en las exigencias inmediatas de reformas jurídico-económicas (derecho de huelga, leyes de protección del trabajo. etc.), y no aborda la alternativa socialista.

Para llegar a la conciencia socialista se requiere ir más allá de la espontaneidad, y del sindicalismo estrecho. Desde el punto de vista de Lenin, dicha conciencia es introducida "desde fuera" por los intelectuales socialistas, en ruptura con las clases poseedoras. Es una opción que se impone mediante un combate ideológico que crítica las limitaciones del sindicalismo estrecho cuya lógica le conduce a una supeditación respecto de la ideología burguesa. La socialista es una conciencia que parte del antagonismo fundamental entre los intereses del proletariado y los de las clases dominantes, y por lo mismo del régimen político existente. Es la clase en sí que asume la conciencia de clase para sí, o sea para n proyecto propio. Establece un criterio central sobre la base del cual comprende y analiza las elaciones de todas las clases entre sí, al conjunto de una sociedad de clases. Implica asimilar cada acontecimiento en esta línea general en una época en la que el socialismo se ha convertido en una necesidad para toda la humanidad. En este esquema, Lenin construye su teoría del partido, en la que propone la institucionalización -en términos organizativos- de estas diferentes formas de conciencia.

En primer lugar, Lenin establece una línea clara de demarcación entre el partido y la clase, la vanguardia-organización y el movimiento-masa, la minoría consciente y la mayoría vacilante en el seno del proletariado; al mismo tiempo, trata de crear lazos entre los dos compartimientos. En un paso adelante, dos pasos atrás, Lenin sugiere hasta cinco niveles jerarquizados siguiendo el grado de organización y de conciencia. Empezando por el partido nos encontramos, primero, con las organizaciones revolucionarias (profesionales), y luego con las organizaciones de obreros (revolucionarios). Fuera de éste distingue las organizaciones de obreros ligadas al partido, luego las organizaciones de obreros no ligadas al partido, pero sometidas de hecho a su control y dirección, y finalmente, los elementos no organizados de la clase obrera que obedecen durante las grandes manifestaciones de la lucha de clases.

Lenin proclama que nunca pensó en "erigir el programa, en principios especiales, a las fórmulas de ¿Qué hacer?". Sugiere que estas fórmulas correspondían a la época en que la socialdemocracia estaba encerrada en el marco estrecho de los "círculos", y añade: "Sólo la afluencia de elementos proletarios en el partido así como la acción de masas abierta hará que desaparezca toda huella de la mentalidad de los círculos, que en el momento actual no es más que una traba. y el principio de una organización democrática, proclamado por los bolcheviques, en noviembre de 1905, en la Novaia Xizn, cuando las circunstancias permitieron la acción abierta, ha sido ya, en el fondo, una ruptura irreparable con lo que había de periclitado en los antiguos círculos". Evidentemente, este cambio profundo de las tesis de Lenin entre 1904 y 1907 guarda relación estrecha con un acontecimiento histórico que se sitúa entre estas dos fechas y que ha mostrado la prodigiosa iniciativa política de las masas obreras rusas: la revolución de 1905-1906. Para convencerse de esto basta con leer los escritos de Lenin durante 1905, que esbozan toda una nueva visión de conjunto del movimiento obrero y socialdemócrata, concepción que no es lejana, en ocasiones, de la de Rosa Luxemburgo.

De entrada, Lenin ya no habla de conciencia "introducida desde fuera", sino de una toma de conciencia de las masas por su propia práctica, por su experiencia revolucionaria concreta: .las masas...intervienen activamente en la escena y combaten. Estas masas se educan a través de la práctica, ante los ojos de todos, a fuerza de ensayos, de tanteos, a jalones, poniéndose a prueba y poniendo a prueba a sus ideólogos...nada se podrá comparar jamás, por lo que respecta a la importancia, a esta educación directa de las masas y de las clases en el transcurso mismo de la lucha revolucionaria". En su célebre artículo de enero de 1905. "El comienzo de la revolución en Rusia", escribió, a propósito del "domingo sangriento" del 9 de enero en San Petersburgo: "La educación revolucionaria del proletariado, en el espacio de un día, ha hecho más progresos que los que podría haber realizado en meses y años de existencia monótona, gris y sumisa". Hacia fines de 1905, llega hasta el extremo de afirmar que "la clase obrera es socialdemócrata por instinto, de modo espontáneo, y en diez años largos bajo la socialdemocracia ha hecho mucho, muchísimo, para convertir esa espontaneidad en conciencia". Ve ahora la relación entre los dirigentes y la clase de una manera nueva, y subraya, en un comentario de 1906 sobre la insurrección de Moscú (diciembre de 1905), que "la modificación de las condiciones objetivas de la lucha, y, por consiguiente, la necesidad de pasar de la huelga a la insurrección fueron sentdas por el proletariado antes de serIo por sus dirigentes. Como siempre, la práctica precedió a la teoría".

Así pues, aparece en Lenin una nueva concepción de la relación entre el partido y las masas, que subraya con insistencia el papel decisivo de la iniciativa propia de las masas: "Ahora, la iniciativa de los obreros se manifestará en proporciones en las que ni nos atrevíamos a soñar los conspiradores y los 'circuladores' ". Por esta razón propone -en oposición a los "comiteros" del Partido- la transformación del soviet de diputados obreros en centro político de la revolución, en gobierno provisional revolucionario; esboza inclusive una proclama pública de este futuro gobierno, alrededor del tema central siguiente: "¡No nos aislamos del pueblo revolucionario, sino al contrario, sometemos a su veredicto cada uno de nuestros pasos, cada una de nuestras decisiones, nos apoyamos total y exclusivamente en la iniciativa libre que emana de las propias masas trabajadoras". Por último, el "nuevo curso" se manifiesta también al nivel de la organización interna del partido, que recibe la adhesión en masa de los obreros revolucionarios. Se convoca un cuarto congreso del partido y Lenin exige que se admita a delegados de los nuevos adherentes obreros, al lado de los representantes de los antiguos "comités". Por lo demás, ve en la decisión de convocar el cuarto congreso "un paso decisivo hacia la aplicación total del principio democrático en nuestras organizaciones".

Es instructivo comparar la actitud de Lenin ante el estallido de la revolución, en enero de 1905, con la de Stalin, que es típica de los "comitards" del Partido: en un folleto dirigido a los "obreros del Cáucaso", Stalin escribía: "¡Tendámonos la mano y agrupémonos estrechamente en torno a los comités del Partido! No debemos olvidar ni un momento, que sólo los comités del Partido pueden dirigirnos dignamente, que sólo ellos nos alumbrarán el camino hacia esa 'tierra de promisión' que se llama mundo socialista!" En la misma época, Lenin incitaba a la formación de comités revolucionarios. Es decir, de comités en los que se reunirían todos los revolucionarios, socialdemócratas o no en cada fábrica en cada distrito urbano, en cada localidad importante".

De todo ello existe una relación bastante detallada en la cronología que sobre 1917 ordenó Hermann Weber, y que he trascrito con algunas modificaciones en otro trabajo publicado en Kaos.

Nota
(1) Este artículo deriva -primordialmente- de una lectura de minuciosa edición que del ¿Qué hacer? realizó Vittorio Strada el historiador marxista italiano (de su evolución ulterior mejor no hablar) con el subtítulo "Teoría y práctica del bolchevismo", apareció en ediciones Era (México, traducción en 1977 de Ana Mª Palos de la edición italiana en Guilio Einaudi, 1971). La edición comprende igualmente las "Actas del II congreso de POSDR" (1903) y de los escritos de V. Akimov, P. Alxelrod, A. Bogdánov, Lenin, Mártov, Riazánov, Trotsky, Vorovsky y Rosa Luxemburgo sobre el concepto del partido. La aportación de Trotsky, publicada como El informe da la delegación siberiana, ha sido traducida al castellano en Espartakus en castellano. No he incluido pies de página sobre cada una de las citas, primero porque creo que ya no se leer, y segundo porque sí alguien las quiere verificar no tiene más que darle un repaso al libro...